Mindfullnes: la exitosa técnica de medición que te puede ayudar a reducir la ansiedad
Esta práctica sirve para entrenar tu mente para enfocarte en el momento presente.
Según el sitio web oficial de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el estrés es un estado de preocupación o tensión mental generado por una situación difícil. Todos los individuos de la sociedad enfrentan cierto grado de estrés porque es una respuesta natural a los peligros, amenazas u otros estímulos que se enfrentan en el día a día. La forma en la que reaccionan las personas al estrés, es lo que marca cómo afecta su bienestar.
El mindfulness, o atención plena, es una técnica de meditación que se ha vuelto muy popular en los últimos años debido a sus beneficios para reducir la ansiedad y el estrés. En pocas palabras, consiste en prestar atención de manera consciente al momento presente, sin juzgar los pensamientos o sensaciones que surgen.
Numerosos estudios han demostrado que la práctica regular de mindfulness puede ayudar a reducir los síntomas de ansiedad y mejorar la salud mental en general. Algunos de los beneficios incluyen una mayor capacidad para manejar el estrés, una mejor regulación emocional, una mayor sensación de bienestar y un mejor descanso. El hecho de enfocarse en el momento concreto, en el aquí y ahora, las personas pueden descansar de las preocupaciones, los pensamientos y las emociones ansiosas.
No se trata de evitar todas estas cuestiones, sino más bien, reconocerlos y elegir prestar atención al momento presente. Cuando uno tiene consciencia de su situación y permanece en el aquí y ahora, se hace una pausa de los problemas, manteniendo la calma y la concentración. De esta forma, la persona utiliza el razonamiento y no se deja llevar por las emociones intensas.
Ejercicios básicos para empezar
La respiración consciente es uno de los pilares fundamentales del mindfulness. Este ejercicio implica dirigir toda tu atención hacia tu respiración, observando cómo entra y sale el aire de tu cuerpo. Con cada inhalación y exhalación, enfócate en las sensaciones físicas que acompañan a tu respiración, como el movimiento de tu abdomen o el aire que pasa por tus fosas nasales. Si tu mente comienza a divagar, simplemente reconoce los pensamientos y suavemente vuelve a dirigir tu atención hacia tu respiración.
El segundo ejercicio básico implica ejercitar la atención plena en el momento presente. Esto requiere prestar atención a lo que estás haciendo en el momento presente, sin distraerte con pensamientos sobre el pasado o el futuro. Puedes practicar este ejercicio al realizar actividades cotidianas, como lavar los platos, caminar o comer. Por ejemplo, al lavar los platos, concéntrate en cada movimiento que haces, sintiendo la temperatura del agua, el tacto de los platos y el sonido del agua corriendo.