Cómo preparar waffles en casa: tips y trucos para el éxito

Los waffles son un clásico de la repostería que se ha ganado un lugar especial en los desayunos y meriendas de todo el mundo. Con su exterior dorado y crujiente, combinado con un interior esponjoso y suave, los waffles se presentan como una opción deliciosa y versátil para comenzar el día con energía o disfrutar en cualquier momento. La receta tradicional de waffles, originaria de Bélgica, ha trascendido fronteras y se ha adaptado a diferentes gustos y preferencias, desde opciones dulces hasta saladas.

La clave para lograr unos waffles perfectos radica en la proporción adecuada de ingredientes, como harina, huevos, leche y mantequilla, que se mezclan con cuidado para obtener una masa ligera y aireada. Además, la temperatura de la waflera es fundamental para conseguir ese contraste entre lo crujiente y lo esponjoso que caracteriza a este platillo.

Lo mejor de los waffles es que pueden personalizarse con una gran variedad de toppings: desde miel, frutas frescas y nata batida, hasta opciones más indulgentes como chocolate derretido o sirope de arce. Ya sea en un desayuno familiar, en una merienda con amigos o como un antojo personal, los waffles siempre ofrecen una experiencia sabrosa y reconfortante. ¡Vamos a la receta!

Ingredientes

2 tazas de harina de trigo (aproximadamente 250 gramos), 2 cucharaditas de polvo de hornear, 1 cucharadita de azúcar, 1/4 cucharadita de sal, 1 cucharadita de canela (opcional), 2 huevos grandes, 1 1/2 tazas de leche (aproximadamente 375 ml), 1/2 taza de mantequilla derretida (aproximadamente 115 gramos), 1 cucharadita de esencia de vainilla.

Toppings (opcionales): miel o sirope de arce, frutas frescas (fresas, plátanos, arándanos, o manzana cocida), nata batida o yogur griego, frutos secos (almendras, nueces, etc.), chocolate derretido o Nutella.

 

Procedimiento

1. En un tazón grande, tamiza la harina junto con el polvo de hornear, la sal, el azúcar y la canela (si estás usando). Tamizar los ingredientes ayuda a evitar grumos y garantiza que los ingredientes se mezclen bien.
2. En otro tazón, bate los huevos con la leche, la mantequilla derretida y la esencia de vainilla. Asegúrate de que todo esté bien integrado, y si la mantequilla se ha enfriado un poco, puedes calentarla a fuego lento para que no se endurezca al contacto con la mezcla fría.
3. Haz un hueco en el centro de los ingredientes secos y vierte los ingredientes líquidos. Mezcla suavemente con una espátula o batidor de mano hasta que se combinen, pero evita batir en exceso, ya que esto puede hacer que los waffles queden duros. Es importante que la masa quede un poco grumosa, no completamente lisa.
4. Enciende la waflera y deja que se caliente. Si tu waflera no tiene una capa antiadherente, puedes pincelar las placas con un poco de aceite o mantequilla derretida para evitar que se peguen los waffles.
5. Vierte aproximadamente 1/2 taza de masa (dependiendo del tamaño de tu waflera) en el centro de la waflera caliente. Cierra la tapa y cocina durante unos 3-5 minutos o hasta que el waffle esté dorado y crujiente. El tiempo de cocción puede variar según la potencia de tu waflera, así que revisa regularmente para evitar que se queme.

Retira el waffle con cuidado y colócalo sobre un plato. Si estás haciendo varios, puedes mantenerlos calientes en un horno a baja temperatura (unos 100°C) mientras terminas de cocinar los demás.

Una vez que tengas todos los waffles listos, agrega los toppings que prefieras. La miel y las frutas frescas son opciones clásicas, pero puedes ser creativo con lo que más te guste.

¡Listo! Ahora tienes unos waffles caseros, perfectos para el desayuno o una merienda especial. ¡Y a disfrutar! Recuerda, si tienes dudas o quieres aportar sugerencias de recetas, nos puedes contactar a cocinemosjuntosmdz@gmail.com te contestaremos a la brevedad.