El Chavo del 8: de qué signo era Don Ramón y cómo era su personalidad

Uno de los que supo ganarse la admiración de miles y miles de televidentes fue Ramón Valdés. Gracias a su participación en El Chavo del 8, el actor mexicano conquistó cientos de corazones y en la actualidad no hay quien no lo recuerde en la piel de Don Ramón.

En la exitosa producción de Roberto Gómez Bolaños, creada para Grupo Televisa, el artista le daba vida a un viudo desempleado que vivía junto a su pequeña y alegre hija, la Chilindrina, en el departamento número 72 de la famosa vecindad que era propiedad del Señor Barriga. Nunca se supo con exactitud cómo se mantenía económicamente ya que, capítulo tras capítulo, desarrollaba distintos oficios y labores que nunca prosperaban.

Cuando falleció, en agosto de 1988, tenía 64 años. Su muerte vino aparejada de su gran adicción al tabaco: el cigarrillo le produjo un cáncer de estómago que, a pesar de los grandes esfuerzos por combatirlo, los médicos no pudieron contra él. Cuando pasó por el quirófano con la intención de reducirle el estómago, el cáncer se había expandido llegando hasta su médula espinal.

Valdés nació el 2 de septiembre de 1923 en la Ciudad de México y era de Virgo. Y, ¿cómo era su personalidad de acuerdo a su signo zodiacal? Los nacidos en esta fecha son personas muy solidarias. Son amigos de sus amigos y hacen todo lo que está a su alcance para ayudar a sus seres queridos. Son grandes consejeros. Cariñosos, entregados y fieles. No son pasionales, pero si muy románticos y prestan atención a los detalles.

Son seres trabajadores, grandes organizadores y también, híper críticos. Se obsesionan por mantener ciertos órdenes que nunca alcanzan. Desde niños, los Virgo son responsables y fiables. Sus padres deben esforzarse para que saquen su lado imaginativo y juguetón, a la vez que les deben enseñar que está bien no ser perfectos el cien por cien de las veces.

Son personas que prefieren mantenerse reservados en entornos sociales y juzgar a los demás desde la distancia, evaluando si pueden confiar o no. Una vez que deciden dejar ingresar a alguien en su círculo íntimo, son amigos para toda la vida.