Sencillos trucos que te harán dormir en pocos minutos

El sueño es una de esas capacidades que no llegamos a apreciar hasta que lo perdemos. Es que el insomnio puede alterar terriblemente nuestro ánimo y hasta los reflejos necesarios para realizar las tareas cotidianas, pero también puede volvernos más vulnerables a sufrir patologías cardíacas a largo plazo.

Esto lo convierte en un problema al cual no debemos subestimar y, cuando los episodios de insomnio se han convertido en una constante en nuestras vidas, entonces es importante visitar a un médico para encontrar un diagnóstico y tratamiento adecuado.

Mencionamos al comienzo que el sueño es una capacidad que solemos no tenerla en gran consideración. Esto nos lleva a no ser conscientes de todo lo que hacemos en nuestra vida diaria que atentan contra él. Incluso, a diferencia de otras patologías, son pocas las prácticas que llevamos adelante para asegurarnos de poder conciliarlo con facilidad durante la noche y conseguir que nuestro descanso sea de calidad.

Incluso hasta desconocemos la complejidad de este proceso y todos los factores que lleva adelante el organismo para que, cuando nos vamos a la cama, podamos dormir. La alimentación, el ejercicio físico, el estado de ánimo, medicamentos, padecimientos físicos y las horas que estamos al aire libre influyen.

Actualmente, es el estrés el principal responsable del insomnio, al menos, es lo que la comunidad médica ha logrado detectar entre las personas que buscan atención especializada. Esto se debe a que los pensamientos invasivos suelen aprovechar la relajación que sentimos al acostarnos para hacerse presente en nuestra cabeza y, finalmente, provocan insomnio.

Técnicas para dormir rápido

Para evitar que estas situaciones se presenten existen algunas técnicas que son muy útiles.

Técnica 4-7-8:  se basa en un método de respiración en la que cada inhalación debe realizarse de forma lenta, contando hasta cuatro e intentando visualizar cómo el oxígeno ingresa al cuerpo. El aire debe mantenerse en los pulmones durante 7 segundos y, al ser exhalado, se debe soplar con fuerza durante 8 segundos.

Relajación muscular: se debe elegir un camino a seguir y mantener el orden, ascendente o descendente. Por ejemplo, si se empieza por los pies, se finaliza por la cabeza o viceversa. Con cada inspiración se procederá a tensar un grupo de músculos con fuerza durante unos 5 o 10 segundos. Al exhalar se relajará repentinamente. Antes de pasar al siguiente grupo de músculos, se dejarán pasar unos 10 segundos.