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"Volvimos a nacer los dos": el conmovedor relato de una pareja de ancianos que logró sobrevivir a las inundaciones en México

Don Layo atravesó la corriente para salvar a su esposa y luego la abrazó hasta que fueron rescatados en un bote, en una ciudad mexicana al norte de Veracruz.

Hilario Reynosa escuchó la embestida del agua desde el fondo de su casa. Cuando el ropero se derrumbó, le dijo a su esposa, Elodia Reyes, que lo rodeara por el cuello con todas sus fuerzas.

Conocidos por los vecinos como Don Layo y Doña Elo, la pareja vivía desde hace 26 años en Poza Rica de Hidalgo, una ciudad del norte de Veracruz que acabó inundada en medio de una doble tormenta que afectó a cinco estados en el centro de México.

Al menos 66 personas murieron en Veracruz, Puebla, Querétaro, San Luis de Potosí e Hidalgo.

Don Layo construyó su casa de madera y lámina (zinc). Compró los materiales poco a poco, con el dinero que ganaba de la pesca, el oficio al que se había dedicado toda su vida.

Pescando en el mar aprendió a nadar en aguas abiertas, gobernadas exclusivamente por la corriente, como aquella tromba que subía desde sus rodillas hasta el pecho a una velocidad inverosímil.

"Mi prioridad era ella", dice Don Layo en una videollamada entrecortada por la precaria conexión de internet después de las inundaciones. "Con el golpe del agua, dejamos la puerta abierta y salimos".

Cuando la pareja intentó desplazarse por el callejón, descubrió que el agua había inundado todo y arrastraba piedras, escombros y ramas de árboles que se estrellaban contra sus piernas, brazos y torsos.

Don Layo se sujetó del portón de una casa vecina, mientras intentaba levantar a Doña Elo para garantizar que su cabeza estuviera siempre fuera del agua.

A diferencia de su esposo, Doña Elo no sabe nadar.

"El agua estaba subiendo muy rápido, rapidísimo. Hice fuerza, la sostuve, pero el agua me la arrancó", cuenta Don Layo sentado junto a Doña Elo en la casa de un vecino que les dio refugio desde que la suya quedó reducida a barro y escombros tras la inundación.

Casa de Don Layo y Doña Elo
Cortesía de Alex Cabrera
La casa de Don Layo y Doña Elo quedó destruida tras la inundación.

"Ya se perdió mi viejita"

"Me aventé para atrás y comencé a nadar, la busqué y la busqué, pero no la veía", recuerda Don Layo, hasta que un vecino que se resguardaba en otra casa le gritó: "¡Mírala, allá está!".

Gracias a que ya había amanecido, Don Layo logró avistar la cabeza de Doña Elo cuando entraba y salía del agua.

"Ya se perdió mi viejita", cuenta que pensó mientras ella permanecía sumergida en la corriente.

Ninguno de los dos está seguro de su edad, pero suponen que tienen más de 70 años.

Dentro de aquel mar de agua marrón que se había apoderado de las calles, Don Layo vio que el cuerpo de Doña Elo se detuvo repentinamente al aferrarse a un compresor blanco de aire acondicionado, casi a la altura del techo de una casa a la distancia.

En ese momento, Don Layo examinó la corriente y encontró una oportunidad. "Me fui por todas las cercas de las casas y me aventé a nadar por la salida del puente. Si nadaba derecho, me iba a arrastrar el agua por la presión".

"Me metí en el medio de dos postes para llegar a ella", asegura. Una vez que alcanzó a su esposa, Don Layo se tropezó con una varilla y tuvo que sumergirse para desengancharse.

"Como pude, subí, me acomodé bien, me paré, la saqué a ella y la puse sobre la caja blanca", dice en referencia al aire acondicionado.

En videos publicados en redes sociales se ve el momento en el que Don Layo abraza con fuerza a Doña Elo, mientras ella lo rodea por la cintura.

En medio de una corriente que parecía haberse aplacado, él la ayuda a sentarse y le coloca las piernas delicadamente sobre el compresor.

Don Layo y Doña Elo abrazados sobre un compresor de aire acondicionado en medio de la corriente por las inundaciones en Mçexico, 10 de octubre de 2025
Imagen cortesía de Yazi vía TikTok
Don Layo y Doña Elo se abrazan en medio de la corriente.
Don Layo y su esposa
Imagen cortesía de Yazi vía TikTok
Don Layo toma a su esposa y la sienta sobre un compresor de aire acondicionado.

"Le sobé las piernitas porque tenía mucho frío, estaba temblando. Le subió la presión. Ahí sí volvimos a nacer los dos", cuenta Don Layo mientras se recoge el pantalón y la camiseta y muestra los hematomas en su piernas y abdomen.

Dos hombres aparecieron en una lancha y los rescataron. Mientras navegaban por el callejón que antes solían recorrer a pie, Don Layo y Doña Elo descubrieron que su casa había desaparecido.

Sin embargo, ahora sólo agradecen a Dios por haber sobrevivido.

Decenas de personas permanecen desaparecidas.

BBC

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FUENTE: BBC