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Un avión militar británico con base en Malvinas hizo escala en Chile y genera tensión en la región

Un avión, Airbus A400M Atlas de la Real Fuerza Aérea británica, basado en Monte Agradable, paró en Santiago de Chile tras salir de Brasilia.

Este es el avión británico que hizo escala en Chile antes de aterrizar en Malvinas.

Este es el avión británico que hizo escala en Chile antes de aterrizar en Malvinas.

El pasado 12 de diciembre, un avión, Airbus A400M Atlas, de la Real Fuerza Aérea británica (matrícula ZM407) realizó una escala técnica en el aeropuerto de Santiago de Chile, luego de despegar desde Brasilia, con origen operativo en la base militar de Monte Agradable, en las Islas Malvinas.

El dato circuló a partir de reportes de seguimiento aéreo y coberturas especializadas, y volvió a poner el foco en cómo se sostiene, en la práctica, la presencia del Reino Unido en el Atlántico Sur.

La escala que reabre preguntas en la región

Que el aterrizaje haya sido en Santiago no es un detalle menor. La parada se dio en una capital que, en ámbitos multilaterales, suele respaldar el llamado a retomar negociaciones por la soberanía de las islas. En junio, por ejemplo, el Comité Especial de Descolonización de la ONU volvió a adoptar una resolución sobre la “Cuestión de las Islas Falkland (Malvinas)” y el texto fue presentado por Chile junto a otros países de la región. Ese contraste —apoyo diplomático y, al mismo tiempo, uso de infraestructura regional para tránsitos militares— alimenta la incomodidad política cada vez que aparecen estas rutas.

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El caso del ZM407 no aparece como un hecho aislado. Durante 2025 se registraron recorridos que combinan tramos entre Malvinas, Uruguay, Brasil y Chile, con escalas que funcionan como puntos de enlace. En reportes previos se mencionaron operaciones de otros A400M (como ZM418 y ZM421) con pasos por Montevideo y continuidad hacia Chile, además de movimientos asociados a tareas logísticas vinculadas a la Antártida.

En ese mapa también se anotaron vuelos de aeronaves más pequeñas, como el Twin Otter VP-FAZ, que según los seguimientos habría cruzado rutas sensibles sin explicaciones oficiales difundidas.

Petróleo, reclamos y señales militares en la misma semana

El vuelo se conoce en un momento en el que la agenda malvinense se recalentó por otro frente: el energético. La Cancillería argentina difundió un comunicado de rechazo a la “Decisión Final de Inversión” anunciada por Rockhopper Exploration y Navitas para avanzar con el desarrollo del yacimiento Sea Lion, al norte de las islas, al considerar que se trata de una iniciativa sin autorización argentina en un área en disputa. En ese texto, el Gobierno sostuvo que el proyecto contradice resoluciones de la ONU y advirtió sobre posibles acciones administrativas y judiciales contra quienes participen.

A esa tensión se sumó un episodio de lectura militar. Días antes, se reportó que uno de los cazas Typhoon desplegados por la RAF en Monte Agradable voló con el transpondedor activo en el límite del alcance del radar móvil instalado en Río Grande, dentro de la Zona Económica Exclusiva Argentina, un gesto que suele interpretarse como mensaje. Argentina cuenta en esa zona con capacidades de vigilancia aérea reforzadas en los últimos años, incluido un radar RPA-170M desplegado para monitoreo del Atlántico Sur.

Hasta el momento, no se conoció un pronunciamiento público del Gobierno argentino sobre la escala del ZM407 en Santiago ni sobre eventuales permisos de sobrevuelo vinculados a esa ruta. Pero el punto de fondo persiste: cada aterrizaje en aeropuertos sudamericanos vuelve visible una red de apoyos logísticos que, para Buenos Aires, sostiene una presencia que considera ilegítima en un territorio en disputa. En un contexto de petróleo en agenda y movimientos aéreos cada vez más rastreables, la pregunta ya no es si se verá el próximo vuelo, sino qué costo diplomático tendrá cuando vuelva a aparecer.