La República Democrática del Congo y Ruanda firman un acuerdo de paz en presencia de Trump
Los presidentes de la República Democrática del Congo y de Ruanda rubricaron con apoyo de Donald Trump un acuerdo de paz para frenar décadas de conflicto.
La República Democrática del Congo y Ruanda firman un acuerdo de paz en presencia de Trump.
En una ceremonia cargada de simbolismo político, los presidentes de la República Democrática del Congo, Félix Tshisekedi, y de Ruanda, Paul Kagame, rubricaron en Washington un acuerdo de paz para cerrar un ciclo de violencia que lleva más de tres décadas en el este africano. El acto se realizó con la presencia del presidente estadounidense, Donald Trump.
Trump afirmó que el pacto representa “un éxito donde tantos fracasaron”, al remarcar que se trata —según él— de la octava guerra que su gobierno ayuda a terminar en menos de un año. Con un tono triunfalista, recordó las cifras que marcaron la tragedia regional: “Hablamos de 30 años de lucha y más de 10 millones de vidas”.
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Durante su intervención, detalló que el entendimiento incluye un alto el fuego permanente, desarme de fuerzas no estatales, retorno seguro de refugiados y mecanismos de rendición de cuentas para los responsables de crímenes graves.
El componente económico del acuerdo no pasó desapercibido: EE.UU. obtendrá acceso preferencial a minerales estratégicos de la región, un gesto que el mandatario republicano comentó con ironía al afirmar que, tras tantos años de enfrentamientos, ambas naciones ahora “van a pasar mucho tiempo abrazándose y aprovechándose económicamente de Estados Unidos”.
Paz entre la República Democrática del Congo y Ruanda
Tanto Kagame como Tshisekedi agradecieron el rol mediador de Washington, aunque subrayaron que la responsabilidad de sostener la paz recae en los propios países africanos. “Depende de nosotros trabajar con nuestros socios para consolidar lo logrado”, remarcó el presidente ruandés. Su par congoleño se mostró optimista, al afirmar que estos acuerdos deben transformarse en “un símbolo de compromiso irreversible” para sus pueblos.
El encuentro contó además con la presencia de líderes de Angola, Burundi y Kenia, junto a representantes de Uganda, Togo y otros Estados. La firma tuvo lugar en la sede del Instituto de la Paz de Estados Unidos, un organismo creado por el Congreso que hoy opera bajo órbita del Departamento de Estado y que —otra señal de época— ha sido rebautizado con el nombre de Trump.
El mandatario estadounidense sostiene que ha puesto fin a ocho conflictos, incluida la guerra en Gaza, y volvió a insinuar que merece el Premio Nobel de la Paz.
Acuerdos de Washington
En paralelo, la región de Kivu —epicentro de enfrentamientos desde 1998 pese a la misión de paz de la ONU (Monusco)— continúa siendo un foco de inestabilidad. La situación se agravó a inicios de año, cuando el grupo rebelde M23, respaldado por Ruanda según la ONU y potencias occidentales, tomó Goma y luego Bukavu.
En junio, ambas naciones ya habían firmado un acuerdo preliminar en Washington, con la presencia del secretario de Estado, Marco Rubio. Sin embargo, el conflicto persistió y forzó una nueva instancia: en noviembre, representantes del gobierno congoleño y del M23 sellaron en Doha un marco de negociación auspiciado por Catar.
Los “Acuerdos de Washington” incluyen compromisos clave que buscan cimentar la paz: cese inmediato de hostilidades, fin de cualquier apoyo estatal a grupos armados, retorno y protección de desplazados, cooperación económica amplia y la creación de un Comité Conjunto de Supervisión para dirimir disputas. Ahora, el desafío será transformar la firma en hechos y evitar que esta vez la región vuelva a hundirse en la espiral de violencia que durante décadas frustró todos los intentos de reconciliación.

