Desde la República Democrática del Congo denunciaron una invasión ruandesa: ya hay miles de desplazados y se teme por una nueva guerra

La República Democrática del Congo denunció a Ruanda por invadir la región de Goma, al este del país, en apoyo a los rebeldes del Movimiento 23 de Marzo (M23), un grupo guerrillero que busca destituir al Gobierno. Desde la Organización de Naciones Unidas (ONU) exigieron a Ruanda que retire sus tropas y cese su apoyo a los rebeldes, como forma de mantener la frágil estabilidad en la región.

El Congo ha sido un territorio turbulento desde su emancipación de la corona belga, la cual mantuvo una gobernación inhumana de la región durante décadas. Este sistema colonial, marcado por la esclavitud, dejó una nación entregada a injusticias sociales que se fueron recrudeciendo durante los primeros gobiernos congoleños, la instauración de Zaire y la llegada del comunismo al país la Primera Guerra del Congo que involucró a gran cantidad de países africanos.

Aquel conflicto que terminó en 1997 no fue una solución definitiva para el país y desestabilizó al régimen ruandés que apoyaba al nuevo Gobierno congoleño, impulsando profundas reformas en Kigali. En 1998, la guerra volvió a estallar con la intervención de Ruanda, Uganda, Burundi y rebeldes de distintos países en el Congo, lo que hizo que se plegaran distintos países de todo el continente en defensa del régimen de Kinshasa.

En 2003, con los acuerdos de Pretoria y la ampliación de la participación política en el Congo, que hasta ese momento funcionaba como un sistema unipartidista. A pesar de ello, la estabilidad de el Congo nunca llegó y el régimen de Kinshasa sufrió nuevos golpes de estado en 2011 y 2013, en medio de un recrudecimiento de la crisis en el este del país.

La invasión se da tras el fracaso de la mediación de Angola entre la República Democrática del Congo con Ruanda y los rebeldes, lo que motivó a Kigali a enviar una ofensiva militar de entre 3.000 y 4.000 uniformados al este del Congo. Cabe señalar que los conflictos previos generaron millones de muertos a raíz del conflicto y la crisis humanitaria que se profundizó, además de otros tantos desplazados que huyeron de la guerra.

Desde la ONU, por su parte, mantienen una Misión de Paz en el lugar con militares de distintos países, los cuales sufrieron un ataque del M23 en el que murieron 13 soldados extranjeros. Hasta el momento, a pesar de las exigencias de Kigali al Consejo de Seguridad, no hay sanciones sobre Ruanda, más que la exigencia de retirar sus tropas y dejar de apoyar a los rebeldes en el Congo, para lograr una vuelta al statu quo en la región y evitar un nuevo conflicto masivo.