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Inteligencia artificial frenada: la burocracia paraliza exportaciones en Estados Unidos

Licencias de exportación de tecnología en Estados Unidos están paralizadas: burocracia frena a gigantes como Nvidia y otras potencias aprovechan.

Estados Unidos frena las exportaciones de tecnología con inteligencia artificial.

Estados Unidos frena las exportaciones de tecnología con inteligencia artificial.

Miles de licencias para exportar tecnología y otros productos desde Estados Unidos están detenidas. Empresas gigantes como Nvidia, que fabrica chips de inteligencia artificial (IA), tienen pedidos por miles de millones de dólares que no pueden salir del país.

El motivo es un cuello de botella burocrático en una oficina clave del gobierno estadounidense: el Bureau of Industry and Security, más conocido como BIS. Este organismo, depende del Departamento de Comercio, y está encargado de revisar y aprobar cada exportación que pueda tener implicancias estratégicas. Es decir, si una empresa quiere vender sensores, radares o chips de IA a otro país, el BIS debe autorizar esa operación. El problema es que esta agencia está prácticamente paralizada. Faltan empleados, los contactos con las empresas están interrumpidos y, para peor, las decisiones se demoran semanas o meses. Entre tanto, otras potencias como China avanzan, negocian con proveedores alternativos y ocupan el terreno que dejan las compañías estadounidenses atrapadas en el limbo.

Pero detrás de este caos burocrático puede haber algo más que simple ineficiencia. En muchos casos, la lentitud es funcional. En los años 80, por ejemplo, Francia encontró una forma peculiar de frenar las importaciones de videocaseteras japonesas, sin violar formalmente los acuerdos comerciales. Hizo que todas las solicitudes de importación tuvieran que pasar por una pequeña oficina en los Alpes, atendida por una sola persona. El resultado fue que, legalmente, no se prohibía la entrada de los productos, pero en la práctica nunca llegaban. Esto mismo ocurre hoy con las licencias de exportación estadounidenses. La demora, el silencio, la falta de definiciones; son herramientas de negociación: se mantienen las trabas como una forma de presionar o de ganar tiempo.

El rol de la Inteligencia Artificial

Y aquí es donde entra la IA. Muchos piensan que la solución a estos problemas es automatizar todo. Si una máquina analizara los riesgos, verificara las normas y aprobara las licencias, el proceso sería rápido, transparente y eficiente. Todo estaría “streamlined”, como dicen en inglés. Pero tal vez, justamente por eso, no sea conveniente. Porque la burocracia también puede servir como cortina y ofrecer una excusa perfecta: “No es que no queremos, es que el trámite se demora”. En el momento en que una IA lo haga todo con precisión matemática, esa ambigüedad desaparece. No habrá margen para la demora táctica, ni espacio para el silencio útil.

Por eso, automatizar estos organismos es un error táctico. Tal vez no convenga a los gobiernos deshacerse de la sigilosa arma que les permite controlar el ritmo de las relaciones comerciales. En algunos casos, la ineficiencia no es un defecto: es parte del juego. Y la IA, al corregir lo que parece disfuncional, arruina una de las armas más invisibles de la diplomacia económica.

Las cosas como son.

*Mookie Tenembaum aborda temas de tecnología como este todas las semanas junto a Claudio Zuchovicki en su podcast La Inteligencia Artificial, Perspectivas Financieras, disponible en Spotify, Apple, YouTube y todas las plataformas.