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Antes de enfrentar a Argentina en el mundial, Argelia inicia un proceso político clave

Argelia abrió un proceso político clave al aprobar una norma que acusa a Francia por su pasado colonial y declara crimen la colonización francesa.

Emmanuel Macrón, presidente de Francia. 

Emmanuel Macrón, presidente de Francia. 

Mientras se prepara para competir con la Argentina en el próximo Mundial, Argelia decidió iniciar un proceso histórico. El Parlamento argelino aprobó por unanimidad una ley que declara a la colonización francesa entre 1830 y 1962 como un crimen, y reclama disculpas oficiales y reparaciones económicas a Francia.

La norma sostiene que el Estado francés debe asumir responsabilidad legal por las consecuencias del dominio colonial y por las tragedias que, según Argelia, dejó más de un siglo de ocupación. La votación fue acompañada por un fuerte gesto simbólico: legisladores exhibieron los colores verde, blanco y rojo de la bandera nacional en el recinto, en una escena que buscó reforzar el mensaje político tanto hacia el interior del país como hacia París.

La reacción de Francia

La reacción francesa no tardó en llegar. Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores calificaron la iniciativa como un acto hostil que contradice los intentos de reconstruir el diálogo y avanzar en un trabajo conjunto sobre la memoria histórica. La ley argelina enumera una serie de hechos considerados imprescriptibles, entre ellos los ensayos nucleares realizados en territorio argelino, ejecuciones extrajudiciales, torturas sistemáticas y el saqueo de recursos durante el período colonial.

Más allá de su alcance jurídico, el proyecto tiene una carga política evidente. El texto apunta a una compensación integral por los daños materiales y morales atribuidos a la colonización, aunque especialistas advierten que no genera obligaciones legales automáticas para Francia. Para varios analistas, el valor de la ley reside menos en su viabilidad judicial que en su impacto simbólico y en el mensaje de ruptura que envía en términos de memoria y soberanía.

La historia que Argelia vuelve a poner sobre la mesa es una de las más sangrientas del colonialismo europeo. La ocupación iniciada en 1830 estuvo atravesada por masacres, deportaciones y represión sistemática, que desembocaron en la guerra de independencia entre 1954 y 1962. Las autoridades argelinas estiman que el conflicto dejó 1,5 millones de muertos, mientras que historiadores franceses reducen la cifra a unos 500.000, en su mayoría argelinos.

El tema no es nuevo en la agenda bilateral. El presidente francés Emmanuel Macron calificó en 2017 a la colonización de Argelia como un crimen contra la humanidad, aunque ya en el poder descartó pedir disculpas formales y optó por gestos simbólicos de reconciliación. La nueva ley argelina vuelve a poner en cuestión ese enfoque.

Así, mientras Argelia se prepara para enfrentar a la Argentina en el escenario global del fútbol, también redefine su posicionamiento político frente a su antiguo colonizador. En ambos terrenos, el mensaje parece el mismo: disputar protagonismo, revisar el pasado y afirmar identidad en un contexto internacional cada vez más cargado de tensiones históricas y geopolíticas.