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13 millones de desplazados y más de 61 mil muertos: 2 años de la guerra civil en Sudán

De acuerdo con información de Acnur, 1 de cada 13 personas refugiadas en el mundo proviene de Sudán.
Personas refugiadas sudanesas llegan a Koufroun, región de Ouddai, Chad. La mayoría huyó de la violencia y la inseguridad en Tindelti, Sudán. Foto: ACNUR - Colin Delfosse
Personas refugiadas sudanesas llegan a Koufroun, región de Ouddai, Chad. La mayoría huyó de la violencia y la inseguridad en Tindelti, Sudán. Foto: ACNUR - Colin Delfosse

Este 15 de abril se cumplió el segundo aniversario del inicio de la guerra civil sudanesa que enfrenta a las fuerzas armadas de Sudán, lideradas por Abdelfattah al Burhan, contra el grupo paramilitar de las Fuerzas de Apoyo Rápido comandadas por Mohammed Hamdan Dágalo en una lucha sangrienta por el poder. 

Según Acnur, la Agencia de la ONU para Refugiados, "la crisis en Sudán es hoy una de las emergencias más severas, pero menos reportadas y financiadas del planeta". De acuerdo con la organización, cerca de 13 millones de personas han tenido que huir de sus hogares en busca de seguridad y protección: casi cuatro millones de sudaneses abandonaron su país desde el comienzo de la guerra civil en abril, mientras que 8.6 millones de personas permanecen desplazadas dentro de Sudán.

"Las personas que huyen de Sudán denuncian haber sufrido violencia sexual sistémica y otras violaciones de derechos humanos, además de haber presenciado asesinatos en masa. La mitad son niños y niñas, incluidos miles sin familia" expresa un comunicado del organismo internacional dedicado a proteger y asistir a los refugiados. 

Acel, de 5 años, en las afueras del centro de tránsito en Renk, Sudán del Sur. Su madre huyó de Jartum con sus seis hijos y pasó cinco días viajando en camiones hasta la frontera con Sudán del Sur. Foto: Acnur.

La realidad es que el tercer país más grande de África ha tenido conflictos cíclicos de violencia desde su independencia en 1956, cuando se emancipó del Reino Unido y Egipto. Incluso previo a independizarse, en 1955, ya sufría con un conflicto interno que luego sería nombrado como la primera guerra civil sudanesa, que se extendió hasta 1972 debido a un enfrentamiento entre la población árabe musulmana del norte contra la cristiana del sur.

Las luchas de este estilo continuaron a lo largo de los años, con la segunda guerra civil sudanesa (1983-2005) desatada por las mismas causas que su predecesora, el conflicto militar de Darfur en 2003 y la independencia de Sudán del Sur en 2011. Sudán es un país rico en minerales, como por ejemplo el oro, un bien codiciado por el mercado internacional. 

Khadija, mujer sudanesa refugiada, es asistida por trabajadores de ACNUR, la Agencia de la ONU para los refugiados. Créditos ACNUR - Colin Delfosse

Actualmente, la emergencia en Sudán se convirtió en una de las crisis de desplazamiento más grandes y devastadoras del mundo cuyos números indican que la situación seguirá agravándose. 

Sumado a ello, los factores ambientales han empeorado por la temporada de lluvias, promoviendo brotes de enfermedades como el cólera y la malaria, sin embargo lo más relevante es las sequías prolongadas que causaron hambrunas desde su la independencia del país hasta hoy. 

De acuerdo con ACNUR, en al menos 5 puntos del país se reportaron condiciones de desnutrición severas, que aumentarán de manera catastrófica para mayo con la temporada de escasez.

Luego de la muerte de su esposo durante los conflictos en Sudan, Zamzam Ahmat Kouyouka huyó junto a sus dos hijas hacia Chad. Créditos: ACNUR - Eugene Sibomana

La respuesta para palear la situación es insuficiente, ya que la infraestructura necesaria está colapsando y el acceso a servicios básicos como agua potable, atención médica y albergue es limitado. La consecuencia inmediata es que millones de niñas y niños padecen inseguridad alimentaria, y más de una docena de regiones está al borde de la hambruna.

En medio de este panorama, Acnur brinda asistencia vital a millones de personas refugiadas y desplazadas, dentro y fuera del país. Provee refugios, atención médica, agua, educación y apoyo psicosocial, en coordinación con gobiernos y organizaciones humanitarias.

Sin embargo, aun cuando en 2024 logró alcanzar a más de 15 millones de personas, la ayuda se ve amenazada por una grave escasez de fondos a nivel global. La falta de financiamiento obligó a suspender servicios de protección infantil a víctimas de abuso y tratamientos médicos esenciales como cirugías por cáncer o cardíacas.

Por lo tanto, Acnur hace un llamado urgente a la solidaridad para que la crisis no sea olvidada y para continuar salvando vidas, debido a que millones de personas refugiadas y desplazadas de todo el mundo corren el riesgo de perder el acceso a una asistencia vital.