El nuevo Estados Unidos

Del aliado Milei al enemigo Maduro: la agenda de Trump para América Latina

Con un enfoque en la seguridad y alianzas ideológicas, Donald Trump inicia su mandato con una línea clara para transformar la relación de Washington con la región.

Miguel Díaz
Miguel Díaz martes, 21 de enero de 2025 · 21:20 hs
Del aliado Milei al enemigo Maduro: la agenda de Trump para América Latina
Tras asumir como el 47° presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump dio indicios de cómo será su relación con los países latinoamericanos. Foto: NA

“Nos necesitan, nosotros no”. Con esas palabras, el flamante presidente de Estados Unidos, Donald Trumpse refirió ayer a la relación que tendrá con América Latina ante la consulta de un periodista. Lo hizo mientras firmaba una serie de órdenes ejecutivas en el Despacho Oval.

En efecto, el regreso de Trump a la Casa Blanca trae consigo la promesa de un giro significativo en la política de Estados Unidos hacia la región. ¿Qué implica esta nueva agenda y cómo podría transformar las relaciones con países clave como Argentina, Venezuela, México y Brasil?

La lucha contra el narcotráfico ocupará un lugar central en esta renovada estrategia. En sus primeros minutos como 47° presidente de los Estados Unidos, Donald Trump clasificó a los carteles mexicanos, al grupo criminal venezolano "Tren de Aragua" y a la pandilla salvadoreña "MS-13" como organizaciones terroristas.

“México probablemente no quiere esto”, dijo Trump tras firmar el decreto y dar un plazo de dos semanas para que los distintos departamentos del Gobierno de Estados Unidos ayuden a compilar una lista de las organizaciones criminales mexicanas.

Aunque en el Palacio Nacional de la Ciudad de México se muestran aún cautelosos en su retórica, la relación de la Casa Blanca con la presidente izquierdista Claudia Sheinbaum promete ser tensa. Y no es para menos. Catalogar a las bandas criminales mexicanas como terroristas abre la puerta a la posible intervención de tropas estadounidenses en tierra azteca. Inclusive el líder del movimiento MAGA ha sugerido bombardear territorio mexicano.

“Lo que estamos buscando es una coordinación y una cooperación para que no llegue a presentarse una situación así", señaló tibiamente Sheinbaum ante la consulta que le hicieron los medios de su país.

Y eso no es todo. El 1° de febrero próximo es la fecha en la que  Donald Trump adelantó que aplicará un 25% de aranceles a las importaciones provenientes de su vecino del sur si este no frena la "invasión" de migrantes y drogas, en particular el fentanilo. La medida podría afectar gravemente la economía del país hispano.

Abordar la crisis en la frontera sur es, sin dudas, una de las prioridades de la nueva Casa Blanca. Es por eso que se esperan más medidas de las ya anunciadas para combatir la migración ilegal. Ayer se eliminó el uso de la aplicación CBP One, que había permitido la entrada de un millón de migrantes ilegales bajo la administración de su antecesor, Joe Biden. Asimismo, las primeras deportaciones empezarán en las próximas horas (y la mayoría, se espera, afectarán a mexicanos y centroamericanos).

En el otro extremo de la región aparece el gran aliado que tendrá la administración estadounidense: la Argentina de Javier Milei. El gobierno libertario buscará acuerdos bilaterales con la administración republicana en varios frentes. Incluso, se está avanzando en la idea de establecer un acuerdo de libre comercio. La coincidencia ideológica entre Washington y Buenos Aires implicará una posición común en foros internacionales (al punto que Milei llamó a formar una "Liga de Naciones Conservadoras" junto a otros gobiernos de derecha).

“Es un momento histórico para los Estados Unidos y para todo el mundo libre. Los que defendemos la vida, la libertad y la propiedad de todos los seres humanos estamos felices de ver que las ideas que desde el 10 de diciembre del 2023 defendemos en Argentina hayan vuelto a triunfar en los Estados Unidos de la mano del Presidente Trump”, escribió Javier Milei en sus redes sociales desde la capital estadounidense.

“Sepan que siempre van a contar con la República Argentina para defender los valores que hicieron a Occidente la máxima hazaña civilizatoria de la historia de la humanidad. Que Dios bendiga a los argentinos y a los estadounidenses, que las fuerzas del cielo nos acompañen y que todo el mundo sepa que todo marcha acorde al plan”, agregó.

Pero algo en lo que sin duda trabajarán Trump y Milei es en la seguridad regional. Y aquí aparece otro punto en la mira del dirigente de 78 años: Venezuela.

En la Gala Inaugural Latina Republicana, que formó parte de los actos de investidura en Washington D. C., Milei y el flamante secretario de Estado, Marco Rubio, debatieron sobre las dictaduras de izquierda en la región: es decir, además del régimen de Nicolás Maduro, Cuba y Nicaragua.

La postura de Trump hacia Caracas es radicalmente opuesta a la de Biden. El dirigente demócrata optó por una política más diplomática, inclusive levantando sanciones para facilitar el diálogo y que el régimen socialista garantice elecciones libres. Los deplorables resultados están a la vista.

El republicano, por el contrario, ha prometido intensificar las presiones contra el régimen. Mientras firmaba órdenes ejecutivas, le preguntaron a Trump si planea sacar a Nicolás Maduro. Respondió: “Ya veremos eso. Pero le vamos a dejar de comprar petróleo. No necesitamos el petróleo de Venezuela. Eso va a tener un gran impacto en ese país”. 

Por supuesto, en el Palacio de Miraflores ya han tomado nota del cambio rotundo en la Casa Blanca. Diosdado Cabello, N°2 del chavismo, ha dedicado varios minutos ayer lunes en la televisión local para intentar burdamente distanciarse del "Tren de Aragua", cuando ya está más que claro que esta organización criminal ha sido financiada y alentada por el propio régimen venezolano para desestabilizar ciudades estadounidenses (y de otros países de la región).

En esta línea, y también dentro de las primeras horas en la Casa Blanca, Trump volvió a incluir a Cuba en la lista de naciones patrocinadoras del terrorismo.

Otro punto que merecerá especial atención en la agenda que se viene en América Latina es el Canal de Panamá. “Panamá rompió las promesas que nos hizo. Violaron el propósito de nuestro acuerdo y el espíritu del tratado. Cobran excesivamente a los barcos estadounidenses y no les tratan con justicia de ninguna manera, y eso incluye a la Armada de EE. UU. Y encima, China opera el Canal de Panamá. Y nosotros no se lo dimos a China, se lo dimos a Panamá. Así que vamos a recuperarlo”, declaró Donald Trump en su discurso de investidura. ¿Hasta qué punto avanzará Trump en el Canal de Panamá? ¿Podría pasar a manos estadounidenses?

Asimismo, queda pendiente cómo se desarrollará la relación con Brasil. El expresidente Jair Bolsonaro es un histórico aliado del trumpismo, que no ha podido viajar a la asunción porque le han retenido el pasaporte en su país. En medio de las acusaciones de fraude electoral y persecuciones políticas y judiciales bajo el gobierno de Lula da Silva, ¿podría la Casa Blanca avanzar en sanciones al igual que hizo con Venezuela y Cuba?

Mientras tanto, Daniel Noboa (Ecuador), Nayib Bukele (El Salvador) y Santiago Peña (Paraguay) estuvieron en la investidura de Trump y parecen dispuestos a alinearse a la nueva política exterior de la Casa Blanca de “todo o nada”.

Con aliados como Javier Milei en Argentina y una postura firme contra regímenes autoritarios como el de Venezuela, Trump podría consolidar su legado como un defensor de la democracia y de las libertades básicas en Latinoamérica. ¿Podrá consolidar a la región como un bastión de alianzas democráticas y promercado? Habrá que esperar algunos meses para saberlo, pero de lo que no hay dudas es de que avanzará a paso firme en ese sentido. Los que se quieran sumar, serán bienvenidos, y el resto quedará en la vereda de enfrente. Para la nueva Casa Blanca, ya no hay espacio ni tiempo para “grises” y “tibios”.

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