¿Flexibilización o ruptura? El futuro del Mercosur bajo una presidencia libertaria
A partir del liderazgo de Milei, ¿el bloque económico podría transformarse en una plataforma para la apertura comercial y el crecimiento?
El 6 de diciembre, el mandatario argentino, Javier Milei, quedó a cargo de la presidencia pro tempore del Mercosur en la cumbre celebrada en Montevideo, un mandato que se extenderá hasta junio de 2025. Con su conocida retórica libertaria y disruptiva, Milei no tardó en marcar un giro respecto a las políticas tradicionales del bloque, al que calificó como "una prisión” que ha impedido que los países miembros alcancen su potencial pleno. ¿Es el Mercosur un modelo agotado o, a partir del liderazgo de Milei, podría transformarse en una plataforma para la apertura comercial y el crecimiento?
“A las instituciones no hay que evaluarlas por sus intenciones sino por sus resultados”, declaró el presidente libertario durante su discurso inaugural marcando lo que probablemente sea su línea a seguir durante los 6 meses que estará al mando. Es que la declaración refleja una realidad latente: las trabas internas del bloque comercial fundado en 1991 han ralentizado su capacidad para adaptarse a los cambios globales.
Quedando a cargo del bloque que nuclea a más de 300 millones de personas y acumula en conjunto un Producto Interno Bruto (PIB) de unos 4 billones de dólares, Milei no desperdició un segundo de su presidencia para dejar claras sus intenciones: flexibilizar las reglas que impiden a los países miembros firmar tratados de libre comercio de forma independiente.
El Mercosur y la Unión Europea: una alianza en suspenso
Un punto clave en la cumbre fue el tratado de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea (UE), un acuerdo que lleva 25 años de negociaciones. Mientras desde Sudamérica la mayoría de los medios lo reportó como una oportunidad histórica para llegar a un mercado con más de 447 millones de habitantes y un PIB que supera los 16 billones de dólares, Francia, liderada por Emmanuel Macron, ha planteado una férrea oposición. ¿Es realmente posible alcanzar un acuerdo?
Macron ha calificado el acuerdo de "inaceptable" debido a las condiciones de competencia desigual para los agricultores franceses, quienes enfrentan estrictas regulaciones ambientales y altas exigencias por huella de carbono.
Es que la UE impone excesivas regulaciones ambientales y “estándares de calidad”. De hecho, estas normativas "verdes" han generado masivas protestas en Europa, con agricultores movilizándose con tractores y pancartas que advierten sobre el colapso del sector agrícola europeo.
En diálogo con MDZ, Agustín Monteverde, economista argentino, ofreció una perspectiva crítica al respecto: "En cuanto al acuerdo del Mercosur con la Unión Europea, veo que, faltando aún la aprobación de los países de la Unión Europea, es más una declaración de intenciones que le sirve a [Ursula] Von der Leyen [...] pero veo más bien improbable que llegue a suscribirse finalmente el acuerdo".
Sin embargo, Francia atraviesa una crisis política significativa, y Macron podría dejar el poder antes del final de su mandato. Si una figura como Marine Le Pen, de Agrupación Nacional, asumiera el liderazgo, las políticas podrían volverse más nacionalistas y menos globalistas, abriendo la posibilidad de flexibilizar las regulaciones que actualmente afectan a la producción agropecuaria francesa. ¿Sería esta la ventana de oportunidad para avanzar en las negociaciones comerciales?
¿Tratado de libre comercio con Estados Unidos?
Otro eje estratégico planteado por Milei es la intención de avanzar en un tratado de libre comercio con Estados Unidos, un tema que cobra relevancia bajo la administración de Donald Trump. Ambos líderes comparten afinidad ideológica, algo que Milei no ha ocultado. "Vamos a trabajar en eso", declaró el presidente de 53 años ante la pregunta de un periodista en Montevideo sobre si “el próximo paso será un acuerdo con Estados Unidos”.
"Las posibilidades de un acuerdo con los Estados Unidos son amplias, [...] sobre todo para abrir el comercio de ambas economías para ciertos sectores", declaró con simpatía a la propuesta Monteverde.
Ciertamente, este posible acuerdo con el país norteamericano -que rompe el status quo del Mercosur- podría abrir mercados clave para los productos argentinos, diversificando la matriz exportadora y reduciendo la dependencia del bloque comercial. Sin embargo, ¿cómo responderán los países miembro a esta iniciativa?
¿Es fácil “flexibilizar” el Mercosur?
Todo indica que el primer paso que propondrá oficialmente Milei es avanzar en la agenda de “flexibilización” del Mercosur, algo que el presidente pro tempore tiene la potestad de hacer. Sin embargo, cualquier cambio significativo en las reglas del bloque debe ser debatido y aprobado por los 154 miembros del Parlamento del Mercosur (Parlasur) y luego ratificado por los parlamentos nacionales de cada país miembro. Este proceso, inherentemente lento y burocrático, se perfila como la principal traba que encontrará la propuesta “libertaria” de Milei y, de hecho, ha sido uno de los mayores obstáculos para las reformas dentro del bloque.
A ello se suman las resistencias ideológicas y políticas de países como Brasil, liderado por Luiz Inácio Lula da Silva, que complican aún más el panorama. La pregunta clave es: ¿qué sucede si el resto de los países no acompañan la visión de Milei? ¿Tiene Argentina un plan alternativo?
¿Argentina fuera del Mercosur?
Ante un posible rechazo a su propuesta de flexibilización, Milei no ha descartado la posibilidad de que Argentina evalúe su continuidad en el bloque. Aunque no lo ha mencionado explícitamente, el tema ha estado presente en sus debates públicos y entrevistas. Pero, ¿es factible que Argentina salga del Mercosur?
El proceso para abandonar el bloque sería el siguiente. Primero, Argentina tendría que notificar formalmente su intención al resto de los miembros y seguir un procedimiento establecido en el Protocolo de Ouro Preto. Posteriormente, se necesitaría la aprobación del Congreso, algo que podría encontrar resistencias internas ya que si bien se descarta que desde La Libertad Avanza (LLA) apoyarían la iniciativa, se necesitaría el apoyo de otros bloques. Por eso, puede que esta posibilidad se plantee, en todo caso, a partir de diciembre de 2025, cuando asuma el nuevo Congreso.
"El Mercosur es una m**rda que hay que tirar a la basura. No ha servido para nada bueno", expresó sin tapujos en X José Luis Espert, presidente de la comisión de Presupuesto en la Cámara de Diputados.
"Solo (ha servido) para que los industriales de la UIA sigan sin competir y cazando en el zoológico cobrándonos fortunas lo que afuera es barato", apuntó el diputado que se perfila para encabezar la lista de LLA en la Provincia de Buenos Aires el año próximo.
Si se confirma la salida, los acuerdos vigentes dentro del MERCOSUR dejarían de aplicarse automáticamente para Argentina, y la Casa Rosada podría renegociar términos bilaterales con cada miembro, algo que sin duda la gestión libertaria ve con buenos ojos.
Un liderazgo disruptivo que desafía al status quo
Las propuestas de Milei han recibido tanto críticas como elogios. Entre las primeras se encuentran, como era de esperarse, las posturas de izquierda encabezadas por Lula, a las que muy probablemente se sumen las del próximo presidente de Uruguay, Yamandú Orsi. En tanto, el mandatario charrúa saliente, Luis Lacalle Pou, ha respaldado la necesidad de reformas, y lo mismo podría suceder con el mandatario paraguayo, Santiago Peña.
"El objetivo que va a tener Javier Milei en la presidencia pro tempore del Mercosur es fomentar y abrirse al comercio, no restringirlo [...] que haya menos burocracia y más competencia", opinó Monteverde en diálogo con este medio afirmando que, hasta ahora, el bloque ha trabajado en “aislar” a sus miembros del resto del mundo. “Ni siquiera se ha constituido como una zona de libre comercio”, apuntó.
“Argentina debe abandonar el multilateralismo y seguir precisamente el camino de las negociaciones bilaterales que amplíen el comercio”, añadió en apoyo al rumbo iniciado por el economista libertario.
En este marco, cabe resaltar que bajo la presidencia pro tempore, el mandatario argentino tiene potestades que le permiten proponer y modificar la agenda del Parlasur, así como definir los temas de debate. Esto le da una herramienta poderosa para impulsar su visión libertaria y cambiar las reglas del juego.
En un contexto donde los bloques comerciales enfrentan presiones globales, ¿podrá el Mercosur adaptarse a los tiempos modernos o quedará rezagado como pasó hasta ahora? En todo caso, el escenario que viene parece cada vez más definido: la presidencia pro tempore a cargo de Milei, con su énfasis en la libertad económica, enciende la chispa que el Mercosur necesita para reinventarse, o bien el líder libertario “pateará el tablero”, romperá el bloque y avanzará en acuerdos bilaterales.