Elecciones en Estados Unidos: por qué se puede ganar teniendo menos votos
En el 2016, Donald Trump sacó 2.8 millones menos de vos que la candidata demócrata, Hilary Clinton y aún así se convirtió en presidente. ¿Cómo funciona el sistema electoral estadounidense?
¿Se puede sacarle casi tres millones de votos de distancia de tu adversario y aún así perder una elección? Es decir, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tiene esa cantidad de habitantes aproximadamente. Es como si toda CABA votara a un candidato que pierde. Esto mismo sucedió en las elecciones de los Estados Unidos de 2016, cuando Donald Trump se transformó en el 45° presidente estadounidense. ¿Por qué?
Sucede que en Estados Unidos las elecciones son indirectas. Es decir, los votantes eligen miembros del Colegio Electoral. Este organismo está compuesto por 538 electores que se distribuyen por todos los estados y la capital Washington D.C. La mayoría de los Estados sigue la normativa mediante la cual todos los electores quedan para quien gana la votación en ese distrito.
Por esta razón, conviene ganar muchos estados, aunque sea por un solo voto, que unos pocos por una abrumadora mayoría, ya que lo que termina eligiendo al presidente, son los electores del Colegio Electoral, no el sufragio directo de los votantes.
Con Hilary Clinton, ya son cinco las veces que un candidato gana en el voto popular, pero pierde las elecciones. La anterior vez, también el sistema resultó desventajoso para el candidato demócrata. En el 2000, Al Gore sacó aproximadamente 500 mil votos más que George W. Bush, pero el vencedor fue el republicano.
En las mayorías de las encuestas, Kamala Harris y Donald Trump aparecen como empatados. Sin embargo, unos pocos votos en un y otro estado, puede inclinar la balanza para cualquiera. El martes 5 de noviembre se definen unas elecciones históricamente reñidas en suelo estadounidense.