Una argentina viviendo en Japón: "No se puede creer que cada día pase algo"
Dalma Scalsie, oriunda de Argentina con domicilio en Yokohama, habló con MDZ Radio 105.5 FM y brindó su testimonio sobre la serie de tragedias y desastres que están sucediendo en 2024.
Japón recibió el 2024 con un desafortunado encadenamiento de incidentes. Primero, el país fue sacudido por un violento terremoto que golpeó la península de Noto y causó decenas de muertos. Luego, este martes, un avión de pasajeros de Japan Airlines (JAL) y una aeronave de la Guardia Costera japonesa chocaron en el aeropuerto Haneda de Tokio, el accidente dejó un saldo de cinco víctimas. En las últimas horas trascendió una nueva información que permite establecer una conexión entre las dos tragedias: según informó la agencia Kyodo, el avión del servicio de guardacostas tenía previsto dirigirse a la ciudad de Niigata con el fin de llevar suministros a los residentes afectados por el feroz terremoto.
Dalma Scalise, argentina que reside en Yokohama, se contactó con MDZ Radio 105.5 FM y brindó su testimonio sobre los desafortunados incidentes que están ocurriendo en el país de Asia Oriental. La joven aseguró que "estamos viviendo una tragicomedia acá en Japón porque ya no se pueden creer las cosas que pasan. El 1 de enero estuvo el tema del terremoto, el segundo día hubo un accidente en el aeropuerto y se prendió fuego un avión, y hoy en Fukuoka se prendió fuego un sector de almacenes viejos. No se puede creer que cada día que pase esté ocurriendo algo".
Por otro lado, hizo mención a un hecho particular que ocurre en el país y aclaró que "la familia imperial sale sólo dos veces al año. Una suele ser para saludar el inicio del año que comienza y la otra es el cumpleaños del emperador. Esta es la primera vez que, por un hecho de una catástrofe natural, decidieron no salir a saludar porque suele ser un día de festejos".
La residente de Yokohama sostuvo que "suelen ocurrir muchos sismos todos los días. De hecho, el día del terremoto ocurrieron 129 sismos en la zona. Obviamente son de una magnitud muy leve, pero estamos muy acostumbrados y seguimos muchos protocolos". Y mencionó: "el primer protocolo es quedarse en casa ya que la mayoría de los edificios tienen una especie de resortes que hacen que estés más protegido y sea difícil de derrumbar, hace 30 años que se empezó a aplicar esa tecnología en los edificios. Además, todos tenemos una mochila de emergencia para estas situaciones. Y, en el peor de los casos, empiezan a sonar las alarmas para evacuar e ir a los refugios, que la mayoría de las veces son escuelas públicas que tenés alrededor".
Por último, enfatizó sobre la cantidad de fallecidos y lo contrastó con otros desastres históricos de Japón: "No quiero minimizar porque obviamente 60 personas fallecidas son importantes, pero es verdad que, comparado con la historia y la cantidad de terremotos que hubo, el número es muy bajo. De hecho, los desastres que ocurrieron alrededor también suelen estar muy bajos. Japón tiene un terremoto muy histórico que es el 1923 que ocurrió en Yokohama, donde yo vivo, y fue muy catastrófico. Murieron como 170.000 personas, tengan en cuenta que en el tsunami del 2011, que es el que todo el mundo conoce, murieron 16.000 personas. Entonces, obviamente que 60 vidas son muy importantes, pero comparado con las estadísticas no entra en una categoría de megaterremoto".