Qué es la Ruta de la Seda, el ambicioso proyecto chino al que ingresó Argentina

Tras la reunión bilateral entre Alberto Fernández y el mandatario chino Xi Jinping, se firmó un acuerdo mediante el cual Argentina se sumará a la Ruta de la Seda de China con la promesa de una inversión de 23.700 millones de dólares para el país.

Con este megaproyecto, el gigante asiático pretende actualizar la legendaria ruta comercial por la que fluyó el comercio entre China y Europa a través de Asia Central. Esto fue durante las dinastías Han (206 a. C. hasta el 220 d. C) y Tang (618 hasta 907), los tiempos más gloriosos de la China imperial.

El ambicioso proyecto también tiene un valor geopolítico actual en la disputa contra Estados Unidos, ya que reafirma su vocación de restaurar su tradicional lugar como superpotencia.

Además, China pretende moldear sus vínculos con el mundo, incluye el 75% de las reservas energéticas conocidas en el mundo, el 70% de la población mundial y generaría el 55% del PBI mundial, informó la agencia Télam. El proyecto también es conocido como el Plan Marshall del siglo XXI.

Los principales ejes del ambicioso proyecto

Uno de los puntos más ambiciosos del proyecto es la creación de una vía terrestre que una China con Pakistán, Afganistán, Turquía, Rusia, Kazajistán, Turkmenistán, Kirguistán, Uzbekistán, Tayikistán y Europa mediante los Balcanes. Este trayectos sería hasta llegar a París, algo para lo que China usó las instalaciones ferroviarias existentes, a la que vez que invirtió en la construcción de nuevas redes.

Otro de los puntos será tener el control de una ruta marítima para llegar a América Latina, África y Medio Oriente. Esto implica la instalación de bases militares y puertos comerciales en los océanos Índico y Pacífico, lo cual ha hecho revivir antiguas rivalidades entre algunos países asiáticos.

Qué países integran la Ruta de la Seda hasta el momento

Un total de 139 países están adheridos hasta el momento: 30 europeos, 37 asiáticos, 54 africanos y 13 de América Latina. El primer país latinoamericano en unirse fue Panamá. Después se sumaron Antigua y Barbuda, Barbados, Bolivia, Chile, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Granada, Guyana, Jamaica, Perú, República Dominicana, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela.

Uno de los puntos que destaca la comunidad internacional es que para estar dentro del proyecto no es necesario recibir inversiones chinas. Argentina recibió financiamiento de este país desde 2018 sin estar incluida.

El financiamiento es a través de instituciones financieras privadas o gubernamentales chinas y organismos internacionales como el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura y pueden incluir diferentes elementos en cada caso, como la transferencia de tecnología o el uso de componentes locales para construir la obra en cuestión.