En el municipio de Villa de Tututepec, en Oaxaca, México, se ubica un maravilloso santuario de girasoles que se destaca por varios motivos: además de brindar un espectáculo único a nivel visual, ofrece un espacio de protección para las abejas. ¿Por qué es importante esto? A continuación, los detalles.

Oaxaca: ¿qué tiene de especial el santuario de girasoles?

El de Tututepec es el santuario de girasoles más grande de toda la región de Oaxaca y también es uno de los más destacados de todo México. Como prueba basta con observar que cuenta con una extensión de 3 hectáreas y unas 200 mil flores plantadas en el Centro de Validación y Transferencia de Tecnología Rural.

Más allá de esto, la importancia de este santuario no se refiere tanto a las dimensiones como a las funciones que se desarrollan en el mismo.

Es sabido que las abejas son una de las especies animales más importantes de todo el planeta. Actualmente se encuentran desapareciendo de forma gradual y esto implica una grave amenaza ya que las mismas realizan una función que es sumamente clave para la subsistencia de la humanidad.

¿De qué se trata? De la polinización. Cuando las abejas van de flor en flor buscando su propio alimento, en sus patas queda depositado polen que luego, cuando levantan vuelo, caen en otros puntos de la tierra.

Esto permite que la flora se reproduzca de forma óptima, que a su vez implica un equilibrio clave en términos de biodiversidad. Si las abejas dejaran de existir, la polinización se vería drásticamente afectada, lo que afectaría el crecimiento de distintas frutas y verduras.

En otras palabras, la humanidad se quedaría sin muchos de sus alimentos esenciales. Esto no solo tendría consecuencia directa en la alimentación, sino también en la economía y en el desarrollo de los países.

Por este motivo, la aparición de santuarios de girasoles como el de Oaxaca implica una excelente noticia, ya que se trata de una acción de gran importancia para el desarrollo de la especie.

México: ¿Cómo visitar el santuario de girasoles de Oaxaca? 

Luego de surgir como prueba durante 2019, en enero de 2020 este santuario quedó inaugurado de manera oficial.

Visitarlo genera dos grandes acontecimientos: por un lado, se aprende mucho sobre los girasoles y sobre las distintas especies que existen de esta planta. Por otro, acaso más importante, se estudian las propiedades de las abejas haciendo hincapié en el rol fundamental que tienen para el equilibrio del ecosistema.

Teniendo en cuenta que las flores están en esplendor durante un breve período de tiempo de cada año, este santuario solo se puede visitar durante los últimos días del mes de marzo.

En el caso de que lo hagas, podrías comprar algunas flores para quedarte o para regalar. Los encargados del lugar destinarán ese dinero en sembrar más girasoles y en hacer que el santuario siga creciendo.