Capo narco

Así vivió el "Chapo" Guzmán la buena vida desde la prisión

Fiestas, vinos costosos y langostas para la cena: un poderoso tras las rejas.

MDZ Mundo
MDZ Mundo lunes, 8 de febrero de 2021 · 11:01 hs
Así vivió el "Chapo" Guzmán la buena vida desde la prisión

Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, conocido como el “Chapo“ Guzmán es la cara visible más conocida de la organización criminal mexicana denominada Cártel de Sinaloa. Está en prisión, luego de varios intentos de fuga desde el 2001. Sin embargo, no lo pasa nada mal.

Aunque fue su fama lo que hizo que las autoridades pudieran dar con él y arrestarlo en Estados Unidos, también su reconocida figura hizo que una vez preso, gozara de privilegios diferenciados de otros reclusos, aunque esté condenado a cadena perpetua con un adicional de 30 años.

Foto: US EMBASSY AND CONSULATES IN MÉXICO

 

 

Prisión de lujo

En el Centro Federal de Readaptación Social de Puente Grande en Jalisco, de donde se escapó por primera vez en 2001, el Chapo vivía de fiesta. Los invitados incluían empleadas de la cárcel y reclusas según describe en su libro “El Último Narco“ el periodista británico Malcom Beith.

Además, el reportero apunta allí que el líder criminal manejaba una nómina solo de los empleados de la cárcel. El libro cuenta que en un festejo de navidad llegó a la cárcel un camión que entregó 500 litros de vino para acompañar el menú de langosta que patrocinó el Chapo.

Todos los lujos eran compartidos con uno de sus socios, Héctor el Güero Palma que estaba preso en el mismo penal, del que se escapó. Además, gozaba de amenities permanentes. Durante la filmación de un video que se logró de su segunda fuga del Centro Federal de Readaptación Social de La Palma, en México, se puede ver que antes de desaparecer por un túnel, el criminal tenía una gran pantalla en su celda.

En el año 2000 el Chapo se entrevistó con el letrado José Antonio Ortega Sánchez en Jalisco y la CNN tuvo acceso al documento que registraba esa charla. En el testimonio el abogado le preguntó por qué la demora en atenderlo, a lo que el confinado le respondió que tenía su visita conyugal, luego había concurrido al baño turco y más tarde había tomado una siesta para recibirlo “como se merece“.

Ortega Sánchez declaró que se manejaba como si fuera el dueño de la cárcel y que mientras transcurría el encuentro, pidió bebidas para los guardia cárceles. Su testimonio señala que no llevaba esposas y además, contaba con un teléfono personal. También solía pedir comida fuera de la prisión, hacía fiestas con música, bebidas alcohólicas y comida para los invitados y se movía a sus anchas por el predio.

En su vida de narcotraficante prófugo fue conocido por sus excentricidades. En el Sheraton Bugambilias de Puerto Vallarta, en Jalisco, solía alquilar un piso entero para su estadía, a la que nunca faltaban episodios escandalosos y desmanes.

Este tipo de anécdotas están relatadas en el libro “Los señores del narco“ de la periodista Anabel Hernández. Allí detalla que su superior en ese entonces, Amado Carrillo, promovía esas formas de mostrar poder e impunidad a la vez.

Sin tapujos, siempre buscó la manera de llamar la atención, a tal punto que quiso tentar al actor y director norteamericano Sean Peann para que realizara una película sobre su vida.

Foto: El País

El Chapo le enviaba mensajes para solicitarle que filmara la historia desde que era un niño campesino, humilde que no pudo terminar el nivel primario a causa de su pobreza. Instaba al americano a que su posterior vida de espectaculares fugas y arrestos hasta ser condenado en un juicio a cadena perpetua era más que interesante.

Según declaró luego su ex piloto Guzmán Loera, aprovechaba al máximo la fortuna que hacía vendiendo droga a Estados Unidos. Era propietario de una mansión a orillas del mar en Acapulco valuada en 10 millones de dólares. Allí poseía canchas de tenis y varias piscinas.

Además, en Guadalajara tenía un zoológico propio con leones, tigres, panteras y venados. En cuanto a los vehículos no escatimaba. Había adquirido 4 jets privados y un yate, al que nombró "Chapito".

Viajó por todo el mundo: conoció toda Europa, Japón, Hong Kong, Tailandia, Brasil Argentina, Perú, Cuba, Panamá y otros lugares a donde siempre iba a apostar en el mejor Casino que encontrara. Ése era su talón de Aquiles: mostrarse poderoso, algo que adoraba pero que era un arma de doble filo al ser la cara reconocible de la organización más lucrativa, buscada y peligrosa de ese entonces.

El Chapo, como figura conocida en libros, medios, documentales y ficciones, es convocada infinidad de veces porque impresiona su modo de relacionarse con el poder, sus delirios de grandeza y su impunidad. Sin duda, revela algunos de los resortes de un negocio tan poderoso como monstruoso, el narcotráfico. Actualmente está preso en un penal de máxima seguridad en Colorado.

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