La drástica medida de Ecuador para bajar la población carcelaria
El Gobierno decidió indultar a una serie de presos para disminuir la cantidad de detenidos.
El presidente de Ecuador, Gullermo Lasso, concedió el indulto a presos con enfermedades graves y terminales y a presos por infracciones de tránsito como parte de un plan para reducir la población en las cárceles del país.
"Es con hechos y acciones concretas que atendemos al sistema penitenciario y garantizamos derechos. Como parte del #PlanRescateEcuador (...) firmé indultos presidenciales para reducir el hacinamiento en los centros de privación de libertad", escribió el mandatario en Twitter.
Asimismo, la Secretaria General de Comunicación informó que se indultó a personas privada de la libertad "bajo ciertas condiciones" con el fin de "establecer acciones efectivas para la recuperación de la paz y aliviar la sobrepoblación carcelaria".
Si bien no se conoce el número de las personas que quedarán la libertad, el indulto se aplicará a los presos sentenciados por "infracciones de tránsito que no impliquen muertes ni lesiones".
Además, recibieron el perdón presidencial los reos que padezcan enfermedades que implican un alto riesgo para la vida o terminales.
Los indultos consisten en el "perdón de las penas privativas de la libertad", pero en ningún caso extinguen las medidas de reparación que haya dictado un juez y las multas.
La medida busca combatir la violencia dentro de las cárceles debido a disputas entre bandas criminales ligadas al narcotráfico.
El proyecto incluye un proceso de pacificación en las prisiones y el uso de las Fuerzas Armadas y la Policía para mantener el orden dentro de los reclusos.
En Ecuador hay 65 prisiones con capacidad para 30.000 personas, pero están ocupadas por casi 39.000, de los cuales 15.000 están sin sentencia.
Las cárceles en el país se han convertido en escenarios de matanzas. En septiembre murieron 119 reclusos en la cárcel Guayas 1, una de las peores masacres carcelarias en Latinoamérica.
En la misma prisión, un choque de bandas dejó 62 muertos. La mayoría de las víctimas fueron mutiladas e incineradas en una acción que el Gobierno calificó de "barbarie".