"Hola, soy Trump"

Difunden escandalosas conversaciones de Donald Trump con presidentes

El libro de John Bolton "The Room Where it Happened" ("La sala donde ocurrió") no deja de ofrecer sorpresas. Trump trató de "estúpida" a Angela Merkel, fue condescendiente con autoritarios, actuó normalmente desinformado y decía a otros mandatarios que Obama y Bush "no sabían una mierda".

MDZ Mundo
MDZ Mundo jueves, 2 de julio de 2020 · 10:20 hs
Difunden escandalosas conversaciones de Donald Trump con presidentes

En un libro publicado a mediados de junio, que generó gran revuelo en la Casa Blanca, John Bolton, ex asesor de Seguridad Nacional de Donald Trump, relata una serie de situaciones que muestran, según afirma, que el presidente no es «apto» para gobernar. Ahora, una exhaustiva investigación de la cadena CNN, que analizó una cantidad de conversaciones del mandatario, señala que el magnate inmobiliario está muy poco preparado para discutir asuntos serios.

En cientos de llamadas telefónicas altamente clasificadas con jefes de Estado extranjeros, Trump fue superado tan a menudo por líderes poderosos como el presidente ruso, Vladimir Putin, y el turco Recep Erdogan, y se comportó de manera tan abusiva con líderes de los principales aliados de Estados Unidos, que las comunicaciones ayudaron a convencer a algunos altos funcionarios estadounidenses -incluidos ex secretarios de Estado y de Defensa, dos asesores de Seguridad Nacional y el jefe de personal que estuvo más tiempo en el cargo- que el propio mandatario representaba un peligro para la seguridad nacional. 

Trump y Putin. 

La cadena CNN cita a funcionarios de la Casa Blanca y de inteligencia íntimamente familiarizados con el contenido de las conversaciones. En esas charlas explosivas tenia una actitud condescendiente con figuras autoritarias y muy duras con las dirigentes mujeres. Incluso llegó a tratar de estúpida a la jefa de gobierno alemana Angela Merkel y de débil a la entonces premier británica Theresa May.

Hubo un matiz común en las opiniones de asesores de alto nivel que fueron circulando por el gabinete del magnate, incluido los de Seguridad Nacional H.R. McMater o Bolton, también el entonces ministro de Defensa Rex Tillerson o el ex jefe de Gabinete de la Casa Blanca John Kelly, de cierto tono delirante en esas conversaciones. En especial debido a que el mandatario manejaba una información muy básica sobre cuestiones complejas como las crisis en Oriente Medio o del norte de África y en general opinaba según lo que creía mejor y no basado en hechos o datos confirmados. 

“Las fuentes dijeron que había poca evidencia de que el presidente se volviera más hábil o competente en sus conversaciones telefónicas con la mayoría de los jefes de Estado a medida que pasaba el tiempo. Por el contrario, continuó creyendo que podía encantar, confundir o intimidar a casi cualquier líder extranjero para que capitulara ante su voluntad, y a menudo persiguió objetivos más en sintonía con su propia agenda de lo que muchos de sus principales asesores consideraban el interés nacional”, 

La cadena agrega que la deferencia de Trump hacia su colega ruso Vladimir Putin adquiere ahora otro valor atento a que las investigaciones de medios como The New York Times sostienen que el jefe de Estado “pudo haber sabido en marzo que Rusia había ofrecido recompensas a los talibán para matar a tropas estadounidenses en Afganistán, y sin embargo no tomó ninguna medida».

Una revelación adicional es que quien con más frecuencia llamaba al presidente norteamericano era su controvertido colega turco Recep Tayyip Erdogan. “A veces llamaba por teléfono a la Casa Blanca al menos dos veces por semana y lo comunicaban directamente con el presidente por orden de Trump», según las fuentes.

Trump se sentía cómodo no solo con Erdogan, sino también con el autocrático heredero de la corona saudita, Mohammed bin-Salman y el dictador norcoreano Kim Jong-un. Con ellos se jactaba de sus valores estratégicos y maltrataba a sus antecesores, George W. Bush o Barack Obama, sobre quienes describía “la idiotez” de sus gestiones y sostenía que “No sabían una m*****», decía sobre Bush y Obama, según la investigación.

Trump y Erdogan.

Parte de estos entretelones están relatados en el libro que Bolton acaba de publicar, «The Room Where it Happened» («La sala donde ocurrió»), pero la CNN sostiene que su información cubre un período más extenso que el que abarca ese polémico ex funcionario.

“Son mucho más completas y aparentemente más condenatorias”, sostiene la cadena, que aclara que se trata de una investigación de cuatro meses y que no indica datos de sus fuentes ni los cargos que ocupan para protegerlas.

“Mientras estaba en el cargo –señala el informe-, el entonces director de Inteligencia Nacional Dan Coats expresó su preocupación a los subordinados de que las discusiones telefónicas de Trump estuvieran socavando la conducta coherente de las relaciones exteriores y los objetivos estadounidenses en todo el mundo, dijo una de las fuentes. Y en las últimas semanas, el ex jefe de gabinete Kelly ha mencionado a varios individuos en privado el impacto dañino de las llamadas del presidente en la seguridad nacional de Estados Unidos”. 

Lo que remarcan los informantes es que había en esos diálogos telefónicos, pronunciamiento llenos de fantasías y extravagancias, basadas en intuiciones conjeturas o repetición de que el mandatario había escuchado en su cadena favorita Fox News o lo que lee en la redes sociales.

Además de Merkel y May, Trump también cargaba duramente contra colegas como el mandatario francés Emmanuel Macron que quería convencerlo de mantener los acuerdos de cambio climático o los referidos al pacto nuclear con Irán. El enojo se evidenciaba además contra el premier canadiense Justin Trudeau e incluso aliados firmes de Washington como el primer ministro australiano, Scott Morrisson.

“Algunas de las cosas que le dijo a Angela Merkel son simplemente increíbles: la llamó ‘estúpida’ y la acusó de estar bajo el control de los rusos… ”, señaló una de las fuentes. Un funcionario alemán reveló que la agresión en esas conversaciones llevó a que el personal que monitoreaba las llamadas en Berlín fuera reducido y que los diálogos se mantuvieran en secreto. Al revés que May que se notaba intimidada e incómoda, la líder alemana se mantenía tranquila y respondía con hechos a las ofensivas beligerantes de Trump pero sin que el presidente norteamericano bajara el tono.

Noticiaspampeanas, Reuters. 

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