Condenado a muerte se salvó de la inyección letal pero murió por covid
El violador y asesino Romell Broom (64) zafó de ser ejecutado porque le intentaron meter la aguja 18 veces en los brazos y los tobillos y no pasó nada. Pero esta semana falleció a causa del coronavirus. Su caso despertó irónicas apreciaciones en el país del norte.
En 1984, Romell Broom secuestró, violó y mató a Tryna Middleton, una adolescente de 14 años que iba caminando por las calles de Cleveland. Por el crimen el hombre fue condenado a morir por inyección letal. Pero no fue eso lo que lo mató: falleció este lunes en Ohio, a causa del coronavirus.
Irónico final para un preso que estuvo a punto de ser ultimado en 2009: en aquella oportunidad se salvó porque los médicos intentaron meterle la aguja 18 veces en los tobillos y los brazos y no pasó nada. No podían ingresarle sustancias al torrente sanguíneo. Luego de dos horas tratando de matarlo, la sesión se suspendió.
En lugar de veneno, Broom parecía tener en sus venas una extraña dosis de suerte. Esta imagen muestra cómo quedó tras lo que -se suponía- iba a ser su última jornada. Se ven claramente los intentos de pincharlo:
Se lo llevó el virus
Ahora, las agencias internacionales confirman que el condenado murió con todos los síntomas de la Covid-19, y se cree que su fallecimiento se suma al deceso de otros al menos 124 reclusos que han terminado sus días de la misma manera en las cárceles estadounidenses.
De no haber muerto, Broom, de 64 años, iba a ser ejecutado por segunda vez en marzo de 2022.
De eso, al menos, se salvó.