Jill Biden: la historia de la esposa de Joe Biden y su opinión sobre estas elecciones

Jill Tracy Jacobs, más conocida como Jill Biden, le cambió la vida para siempre al entonces joven senador demócrata cuando se cruzó en su vida.

Se conocieron cuando él tenía 29 años y ella 26. Él tenía dos hijos y ella un matrimonio que no iba bien con el deportista Bill Stevenson, del que luego se divorció.

La pareja decidió casarse luego de muchas dudas y 4 propuestas de casamiento anteriores truncas, en las que Jill no se animó a dar el paso.

Finalmente, fueron los entonces pequeños Beau y Hunter, los hijos del senador, quienes impulsaron que esa relación llegara al altar. Los niños reconocían a su padre feliz de nuevo luego de una tragedia familiar en el que perdieron a su madre, la primera mujer de Biden, Neilia Biden, y a su hermanita, la bebé de un año Naomi.

El accidente automovilístico fue en 1972 cuando Biden había conseguido los votos para ocupar la banca de senador y ser uno de los diez más jóvenes de la historia y el único socialista independiente de Estados Unidos. Antes de que jurara ocurrió el fatídico hecho.

Pasaron cuatro años de aquel día para que el destino cambiara el rumbo de ambos y los dos comenzaran a escribir su historia de amor. 

¿De docente a Primera Dama? 

Jill Biden nació en New Jersey hace 69 años. Es corredora aficionada, actividad que mantiene actualmente, y jamás abandonó su carrera académica, aunque acompañó con gusto la carrera política de su marido.

Con dos licenciaturas y un doctorado se especializó en la enseñanza del inglés, con foco en la deserción escolar y las estrategias que garanticen la continuidad educativa de los adolescentes.

Comparte sus orígenes de clase trabajadora, muy religiosa -aunque ella es católica- y su pasión por la formación universitaria como un valor y una vía de progreso.

Jill y Joe tuvieron una hija en 1981, Ashley, que hoy tiene 39 años. La joven es activista social y creadora de una marca de indumentaria con acento en el comercio justo.

Sin embargo tuvieron otras tragedias que atravesar juntos. El cáncer de su hijo mayor que perdió la batalla y murió en 2015 de un tumor cerebral y la lucha contra las drogas del segundo hijo del primer matrimonio del político.

Su estilo descontracturado tiene un valor clave en estas elecciones. Se muestra auténtica y poco protocolar en contraste con Melania, la pareja Trump. 

Progresista y parte de una familia común, está decidida a mostrarse como una mujer más que apoya a su marido, y él a ella. Se dejan ver como una pareja equitativa, en donde los dos se han desarrollado y hecho camino juntos.

Jill: el as en la manga

Sin duda, Jill posee su propio sello y personalidad. Muchos medios internacionales la catalogaron como el as en la manga en favor de Biden.

Entre tanto, ella se muestra íntegra, amorosa y generosa con el electorado, a quién calificó como “harto de oír difamaciones“, en referencia a las sucias estrategias de desprestigio montadas contra Biden.

Lo cierto es que esta mujer común que logra gran identificación en el votante, quizás, esté a punto de convertirse en parte de la historia de las mujeres en la Casa Blanca de Estados Unidos.