Presenta:

Gobierno y derecha chilena dividida tras hecatombe electoral

"¿Apoyará o no la derecha el cambio constitucional? ¿Respaldará la idea de una educación pública gratuita?" se pregnta el analista de DPA en esta nota.
512547.jpg

La derecha chilena, en el poder desde 2010, comenzó su noche "de los cuchillos largos", como señaló el presidente Sebastián Piñera, tras perder abrumadoramente en los comicios legislativos y presidenciales de las últimas semanas.

Tras la hecatombe electoral, varios líderes del oficialismo no dudaron incluso en apuntar que fue un error histórico haber apoyado el ascenso a La Moneda de Piñera, el primer gobernante de derecha elegido democráticamente en medio siglo en el país.

"No voy a trabajar ni votar por Piñera nunca más", dijo incluso el senador electo por Santiago, José Manuel Ossandón, correligionario del propio mandatario en Renovación Nacional.

La disputa, en medio del triunfo de la líder socialista Michelle Bachelet con un 62 por ciento en el balotaje del domingo, está cruzada además por el debate sobre el rostro que asumirá la derecha en un país sacudido por protestas sociales desde 2011.

¿Apoyará o no la derecha el cambio constitucional? ¿Respaldará la idea de una educación pública gratuita? ¿Aprobará en el congreso un alza tributaria? ¿Cómo matizará el discurso que la llevó al fracaso electoral?

La crisis, cuyo telón de fondo es el traspaso del poder a la centro izquierda en marzo de 2014, tiene como aditivo el retiro de la política de los "coroneles", los líderes conservadores forjados durante la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990).

El ex ministro Pablo Longueira, el ex presidente del Senado Jovino Novoa, el ministro del Interior Andrés Chadwick y el dos veces candidato presidencial Joaquín Lavín abandonarán por diversos motivos la primera línea política desde 2014, quedando fuera de todo cargo público.

Todos ellos fueron colaboradores de Pinochet y defensores del modelo de desarrollo, cuestionado desde el estallido social de 2011, ligado a demandas de igualdad social.

Al retiro de los "coroneles" se suma el de otros líderes conservadores que también estarán fuera del hemiciclo como el hoy senador y presidente de Renovación Nacional, Carlos Larraín, además de la derrotada candidata presidencial oficialista, Evelyn Matthei.

La gran duda por ahora es quiénes asumirán esos liderazgos en la derecha, más cuando el presidente Piñera ya dijo que los próximos años quiere un papel más distante de la política contingente.

La debilidad de los sectores conservadores, donde dirigentes jóvenes critican la cercanía que aún mantienen sus líderes históricos con la dictadura, sin embargo no es del agrado de la presidenta electa Michelle Bachelet, quien ve en ello un riesgo.

"A la democracia le hace bien que tengamos fuerzas políticas legítimas y jugando un rol en la democracia", sostuvo la líder opositora, quien ya gobernó el país entre 2006 y 2010.

Bachelet, contra quien los movimientos estudiantiles ya anunciaron protestas para el 22 y 29 de marzo, necesita los votos de la derecha para algunos cambios educativos y constitucionales que comprometió en campaña y que exigen quorum especiales.

Una derecha dividida, según analistas, no sólo sería un problema para ese sector, sino una dificultad para el nuevo gobierno.