Luciano Cáceres recordó a su madre y la experiencia mística que lo conectó a ella tras la muerte: "Muy loco"
El actor, Luciano Cáceres, compartió en Otro Día Perdido una emotiva anécdota sobre su madre y un regalo desde el más allá tras su muerte.

Luciano Cáceres abrió su corazón al hablar de su madre. / Captura Eltrece
Luciano Cáceres visitó el ciclo Otro Día Perdido y, entre risas y recuerdos familiares, terminó conmoviendo a todos al compartir uno de los relatos más íntimos sobre su madre. El actor habló del vínculo especial que mantuvo con ella en sus últimos años de vida y de cómo el Reiki atravesó esa experiencia de una manera inesperada.
Luciano Cáceres y la historia de su madre en torno al Reiki
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Mientras recordaba cómo se conocieron sus padres y la huella que dejaron en su vida, Cáceres reveló un costado más sensible de su historia. Contó que su madre había tenido cáncer durante muchos años y que en su último tiempo decidió dejar los tratamientos médicos tradicionales para dedicarse a terapias alternativas, en especial al Reiki.
El actor recordó con crudeza cómo se enojó con esta práctica cuando su madre cayó en coma y la mujer que la trataba no acudió porque estaba en un retiro. Sin embargo, en medio de ese trance, él mismo comenzó a sentir una conexión distinta: relató que escuchaba la voz de su madre aun cuando ya no podía hablar, y que en una oportunidad ella le contó que veía a su ángel, una figura blanca y alta llamada “Amor”.
En los últimos días de su madre, Cáceres presenció un momento que lo marcó para siempre. Dijo que, al colocar sus manos sobre las piernas de ella durante una sesión de Reiki, la mujer reaccionó y abrió los ojos. “Ahí le digo que se agarre fuerte a su ángel y ahí mi vieja partió”, expresó conmovido.
La despedida no terminó allí. Luciano decidió esparcir las cenizas de su madre en Villa Gesell y, en plena caminata por la playa, encontró un rosario que el mar dejó a sus pies. Tiempo después, la reikista que trató a su madre le aseguró que ese objeto había llegado hasta él gracias al esfuerzo de ella. "Obviamente sentí que era de mi madre, pero lo guardé porque era muy loco”, finalizó.