La emergencia de Joaquín Levinton: qué es el infarto agudo de miocardio que sufrió el cantante
Especialistas explican qué ocurre cuando el flujo sanguíneo se interrumpe y cuáles son las señales de alarma de lo que sufrió Joaquin Levinton.
El cantante de Turf sufrió un infarto agudo de miocardio. / Archivo MDZ
El reconocido cantante Joaquín Levinton protagonizó un tremendo susto de salud en las últimas horas. El líder de la banda Turf sufrió un infarto agudo de miocardio mientras se encontraba en un bar del barrio de Palermo. Afortunadamente, la rápida intervención del personal del Sistema de Atención Médica de Emergencias (SAME) fue crucial para estabilizarlo y trasladarlo a un hospital.
La amenaza constante que atacó esta vez a Joaquín Levinton
El episodio que afectó a Levinton pone de relieve la gravedad de este trastorno en el país. El infarto de miocardio no es una rareza, sino la principal causa de deceso en Argentina, con un registro alarmante de alrededor de 40.000 casos al año, lo que equivale a más de un centenar de emergencias diarias.
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Según explicaciones de expertos del ICBA, este evento cardiovascular se desencadena cuando el flujo sanguíneo se detiene de forma súbita o se reduce drásticamente. El origen más frecuente de este bloqueo es la acumulación de grasa y colesterol en las arterias coronarias, un proceso conocido científicamente como ateroesclerosis.
La acumulación de estos depósitos grasos forma placas que estrechan progresivamente las arterias. Si una de estas placas se rompe de manera inesperada, el cuerpo reacciona formando un coágulo que actúa como un tapón, obstruyendo el paso de la sangre. Si la interrupción es total, la porción del corazón que dependía de esa arteria para irrigarse comienza a sufrir daños y puede morir en pocos minutos, de ahí la urgencia de la atención médica.
Es fundamental prestar atención a los síntomas, ya que suelen ser variados y a veces se confunden con malestares comunes. Sin embargo, el signo más característico es una presión intensa en el pecho, descrita como un peso opresivo o una quemazón persistente que no mejora con el reposo. Esta molestia puede irradiarse hacia otras áreas del cuerpo como la espalda, el cuello, los brazos o la mandíbula. Otros síntomas que acompañan esta emergencia incluyen sudor frío, mareos, palpitaciones o una repentina dificultad para respirar.




