Homo Argentum arrasa: más de 400.000 entradas y copó 405 pantallas en todo el país
Homo Argentum de Cohn y Duprat, con Guillermo Francella al frente, superó los 400.000 espectadores desde su lanzamiento y ya marca tendencia.

Si el impulso se sostiene, en las próximas semanas, Homo Argentum, podría mantener cifras robustas y, de paso, habilitar que otros títulos locales encuentren su ventana.
Homo Argentum irrumpió en la cartelera con la fuerza de un suceso popular difícil de discutir. La producción dirigida por Mariano Cohn y Gastón Duprat, compuesta por dieciséis viñetas que orbitan alrededor del trabajo de Guillermo Francella, encontró un público dispuesto a reírse y mirarse al espejo.
Desde su primera función, el último jueves, vendió 417.163 entradas según reporte de Ultracine, una marca que la ubica entre los lanzamientos más potentes del cine argentino reciente. El dato no es solo un número: indica recuperación de hábitos, salas activas y un interés genuino por una propuesta que combina humor, precisión quirúrgica y observación social. En un contexto donde la competencia por la atención es feroz, que un estreno nacional convoque así vuelve a poner a la pantalla grande en el centro de la conversación. Lo interesante es que la respuesta fue transversal: parejas, grupos de amigos y familias coincidieron en volver a sentarse frente a la pantalla.
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Un arranque de taquilla que arrasa
Solo en su día de estreno, 73.886 personas eligieron verla, registro que cualquier distribuidora envidiaría y que se traduce en funciones repletas en distintas ciudades. El volumen de espectadores equivaldría a casi un Monumental colmado, aunque disperso en complejos de todo el país. La presentación en 405 pantallas permitió llegar de golpe a audiencias diversas y asegurar disponibilidad de horarios, un factor determinante cuando el boca a boca se acelera. El desempeño confirma que, con estrategia de copias y horarios bien calibrada, el interés puede convertirse en fenómeno masivo sin perder identidad autoral.
No hay relleno; cada segmento condensa un planteo y avanza con contundencia, algo que el espectador agradece en tiempos de distracción permanente. Por otro lado, una campaña de lanzamiento eficiente que instaló conceptos claros en redes y medios tradicionales, sin sobreexplicar. También pesa la sintonía sociocultural: cuando el humor interpela sin moralizar y muestra lo que incomoda, el guiño se multiplica y la recomendación se vuelve automática.
Las salas, otra vez, funcionan como espacio de experiencia compartida, donde la risa contagiada crea comunidad y el comentario posterior prolonga el efecto. El fin de semana inmediato funcionará como termómetro y permitirá medir si la marea se estabiliza o vuelve a ganar fuerza con funciones.
Un fenómeno federal
La amplia red de pantallas habilitada desde el primer minuto permitió un mapa de estrenos verdaderamente nacional. No se trató de un lanzamiento concentrado en grandes capitales, sino de una presencia pareja que incluyó complejos de tamaño medio y ciudades que suelen quedar relegadas en la primera semana. Ese despliegue explica parte del número acumulado en tan poco tiempo y, sobre todo, la velocidad del boca a boca. Cuando la misma película se comenta en simultáneo de norte a sur, la conversación pública se ensancha y el deseo de sumarse crece. Para la industria, además, es un recordatorio: la capilaridad importa tanto como la creatividad.
El caso abre una discusión más amplia: qué necesita hoy el cine argentino para volver a disputar el centro de la escena con regularidad. Homo Argentum ofrece una pista concreta. Propone un dispositivo reconocible, un tono autoral y una estrella en plenitud, y los combina con precisión industrial. No hay trucos, hay foco: timing, circulación amplia y un producto que no subestima a nadie.
Si el impulso se sostiene, las próximas semanas podrían mantener cifras robustas y, de paso, habilitar que otros títulos locales encuentren su ventana. Por lo pronto, lo ocurrido desde el jueves indica que, cuando la idea y la ejecución se alinean, el público responde y convierte un estreno en acontecimiento. Y esa señal entusiasma a exhibidores, productores y espectadores por igual en el país.