Héctor Alterio popularizó la icónica frase "¡La pu* que vale la pena estar vivo!: en qué película fue
el reconocido y amado actor del cine nacional falleció a los 96 años. Revelamos la inspiración secreta detrás de su exclamación más célebre.
Cecilia Dopazo, Héctor Alterio y Leonardo Sbaraglia, durante el rodaje del famoso film.
Foto: Archivo MDZA los 96 años, el fallecimiento del emblemático actor, reconocido por su participación en más de 150 producciones, sella una trayectoria marcada por el compromiso social, el exilio forzado y una sensibilidad interpretativa que se mantuvo activa hasta sus últimos días. La partida de Héctor Alterio, que brilló en obras maestras como La historia oficial y La Patagonia rebelde, representa el silencio de una de las voces más intensas y respetadas del panorama cultural.
La historia detrás de la icónica frase de Héctor Alterio
A pesar de una filmografía prolífica y profunda, atravesada por la denuncia de las injusticias, la memoria histórica y la defensa de los derechos humanos (incluyendo títulos como La tregua, Camila y Plata quemada), hay una exclamación puntual que resuena con una fuerza inigualable entre el público. Se trata de la poderosa sentencia que este actor popularizó en la comedia dramática Caballos Salvajes (1995), dirigida por Marcelo Piñeiro y que compartió cartel con figuras como Leonardo Sbaraglia y Fernán Mirás. La frase, espontánea y vital, condensa una filosofía de vida: “La pu* que vale la pena estar vivo”.
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Esta memorable frase, lejos de ser una línea escrita en el guion original, surgió de un momento de inspiración colectiva. El propio ganador del Premio Óscar, que desde 1974 residía en España tras un exilio forzado por las amenazas de la Triple A, reveló la génesis de esta poderosa expresión en una entrevista radial. Según su testimonio, la línea no pertenecía a los diálogos iniciales del libreto, que en ese momento necesitaba un cierre emotivo para una secuencia crucial.
El origen de la célebre frase en Caballos Salvajes
El director del film, Marcelo Piñeiro, convocó a la reconocida escritora Aida Bortnik directamente al set de filmación, enfrentando la necesidad de completar una escena. El actor, rememorando el episodio, explicó la situación: “Estamos sobre un monte en el medio de un campo y el personaje de Héctor está solo”. Detallando las emociones y la ubicación del personaje, el director le describió la secuencia a Bortnik. Fue la escritora quien, capturando la esencia del momento, brindó la llave para el cierre perfecto.
La sugerencia de Bortnik fue inmediata y contundente, transformándose en la línea más recordada de la película y en un latiguillo cultural argentino. El actor recordó la indicación precisa de la guionista: “Decile a Héctor que su personaje diga la puta que vale la pena estar vivo”. Sin hesitar, Piñeiro la integró al rodaje, y el intérprete la hizo suya con una convicción que traspasó la pantalla: “Sin dudarlo, Marcelo lo agregó y yo después lo dije con todas mis ganas”, concluyó el artista, dejando un legado actoral y una frase que perdurará como un eterno brindis por la existencia.


