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Crisis total: una exparticipante de Gran Hermano pasa un terrible momento y por poco no vive en la calle

Una ex Gran Hermano tuvo que volver a su trabajo de delivery en moto y confesó que si no fuera por su pareja, no podría pagar el alquiler.

Quién es la GH que por poco vive en la calle. / Telefe

Quién es la GH que por poco vive en la calle. / Telefe

El fenómeno Gran Hermano trae consigo una ola de exposición y flashes, pero esa euforia suele ser efímera. Pocos de los participantes logran consolidarse en el medio, y la mayoría debe enfrentar el duro regreso al anonimato. Quien está viviendo esta realidad con crudeza es Katia "La Tana" Fenocchio.

"No me sale nada": el terrible momento de la Tana de GH

La Tana, que en su momento destacó por su personalidad audaz y su ingreso al reality en su moto, fue invitada al ciclo de streaming Se picó, conducido por Gastón Trezeguet, y no dudó en abrir su corazón sobre su crítica situación laboral. "De trabajo estoy pésimo, no tengo nada. No me sale nada y estoy haciendo delivery de nuevo", confesó.

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Katia

Katia "La Tana" Fenocchio, la ex GH que confesó su desesperada situación laboral.

La ex hermanita explicó que sus inversiones para iniciar un canal de streaming propio no rindieron frutos inmediatos, y ahora debe afrontar deudas: "Ya invertí en eso, tengo que pagar las tarjetas que están al rojo vivo y esa es una inversión que no te va a dar plata al momento".

La confesión se tornó aún más dramática al revelar el rol clave de su pareja para su supervivencia: “Si no fuese por mi novio, no sé qué haría. El me está pagando el alquiler”. Ante la pregunta del periodista Nico Peralta sobre cómo hacía para sobrellevar todo, La Tana mostró su resiliencia.

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"Mi novio me está pagando el alquiler", la dura confesión de La Tana en el streaming de Gastón Trezeguet.

"A mí no se me caen las uñas. Ayer agarré la moto y me fui a laburar", afirmó, aunque su reaparición como delivery fue un fiasco. Relató una anécdota insólita: junto a un amigo, un pedido de sushi se cayó al piso, y la clienta, testigo de la situación, se negó a recibirlo.

Al intentar devolver el pedido al local, le fue cobrado porque ya no se podía vender. La Tana detalló las consecuencias del percance: "Debo 80 mil pesos a la aplicación", ya que el error con el primer pedido le inhabilitó la entrega del segundo.