Ataques a una Reina de la Vendimia que presentó a su novia: los discursos de odio como reflejo de la debacle de la condición humana
Agostina Saua compartió un sentido posteo en el Día del Orgullo LGBTIQ+, y algunas anacrónicas reacciones dejaron al descubierto a una porción de nuestra sociedad anclada en la furia y la ignorancia.

Agostina Saua, la Reina Nacional de la Vendimia 2024 que compartió un mensaje de amor.
Rodrigo D'Angelo / MDZUn posteo de la Reina Nacional de la Vendimia 2024, en el que Agostina Saua presentó en redes sociales a su novia, desató una ola de comentarios divididos, dejando en evidencia hasta qué punto los discursos de odio se naturalizan en una porción de nuestra sociedad anclada entre la furia y la ignorancia.
Este sábado, en el marco del Día del Orgullo LGBTIQ+, la primera soberana que representando a Ciudad de Mendoza logró la corona de la Fiesta Nacional de la Vendimia, compartió con sus miles de seguidores una sentida publicación para celebrar el amor con su pareja en una fecha muy especial.
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"Donde te hacen reír así, ahí es. Donde sos libre, querida, cuidada. Donde el amor no se explica, se celebra. Feliz Orgullo y felices dos años de mucho amor", escribió Agostina Saua en un posteo desde su cuenta de Instagram, acompañando sus palabras con un carrusel de fotos junto a su amada.
La Reina Nacional de la Vendimia y un mensaje de amor en el Día del Orgullo LGBTIQ+
Si bien la publicación de Reina Nacional de la Vendimia 2024 cosechó rápidamente miles de likes y comentarios afectuosos de sus admiradores, en otras redes sociales que replicaron este contenido, una tropa de anacrónicos dio rienda suelta a todo su hate.
En el amplio abanico de seudo fundamentos con los que se despacharon varios internautas, hubo desde quien intentó aleccionar a Agostina Saua diciéndole que su relación no es de amor sino de placer, hasta alguien que bajo el escudo de un poco misericordioso Dios tildó al vínculo de perverso y degenerado, pasando por alguno que señaló que una historia de esta naturaleza constituye una "razón lógica" para empezar la Tercera Guerra Mundial.
Entre el conservadurismo en su versión más extrema y la religiosidad mal entendida, estos odiadores despliegan a sus anchas aquellas ideas estancas que nunca pudieron o quisieron madurar. En esta involución planetaria, hoy se puede vociferar todo tipo de intolerancia sin quedar en el rincón de lo políticamente incorrecto, después de todo si el presidente Javier Milei se permitió arremeter desde el Foro Económico Mundial contra la comunidad LGBTIQ+, por qué no podrían hacer lo mismo simples ciudadanos desde las movedizas arenas de las redes sociales.
Si al enojo le sumamos la ignorancia con la que se propulsan este tipo de consignas disfrazadas de algo nuevo y antisistema, el combo da como resultado un manojo de significantes vacíos con los que la ultraderecha fabrica su enemigo de turno, ya sea en el seno del colectivo LGBTIQ+, la universidad pública, el periodismo o la esfera del empleo estatal.
Agostina Saua y la importancia de validar el Día del Orgullo LGBTIQ+
En el caso del posteo de la Reina Nacional de la Vendimia cosecha 2024, lo que más indigna a los haters no es tanto que Agostina Saua tenga como pareja a una mujer, sino el hecho de que la presente públicamente en el Día Internacional del Orgullo LGBTIQ+. Regida por argumentos falaces como los que en más de una oportunidad despacha Milei, la brigada odiadora cree erróneamente que a esta altura su comunidad tiene menos derechos que la de quienes marchan bajo su arcoiris.
Paradójicamente, esos tantos que patalean porque no existe algo así como el Día del Orgullo Heterosexual, jamás se detuvieron a pensar que en su vida no sufrieron bullyng, descalificaciones o persecucuciones por su identidad sexual. La eterna búsqueda de la igualdad, que con tanta valentía ha impulsado una buena parte del colectivo LGBTIQ+, ha sido siempre una cuestión política. Y es tal vez allí donde radica el rechazo de los detractores de un mundo más empático, en la creencia de que la conquista de derechos es un mero oportunismo partidario, y en la ciega confianza de que discursos que poco tienen que ver con la condición humana, serán la solución final de la grieta.