Silvia Kutika: “Sufría mucho actuar en los actos del colegio"
Muchos la reconocen por sus papeles en la televisión, está por estrenar nueva obra en calle Corrientes y antes, habló con MDZ. “Hay que replantear cómo se puede lograr en estos tiempos modernos, y de otra manera, atrapar a la gente para que vuelva a ver la ficción”, expresó la actriz.
Silvia Kutika llegó al hogar, y al corazón, de miles de argentinos gracias a la televisión. Sus primeros trabajos fueron a comienzos de la década del ‘80 y desde ahí no paró. “Vos estabas haciendo una novela y antes de terminarla ya tenías la propuesta de otra”, cuenta a MDZ. Las grabaciones duraban, a veces, entre ocho y diez horas y eso le impedía realizar otros proyectos. Sin embargo, admite, le gustaba y lo disfrutaba un montón.
Para actuar, le llegaban propuestas de todo tipo. “Muchas eran sumamente interesantes -reconoce-. Laburé un montón en Canal 9 y sentía que me iba de mi casa a mi otra casa, conocía a todos los técnicos. Hoy cuando voy a hacer alguna nota me los encuentro y son como amigos. Se establecía una sensación de hogar en el canal que era maravillosa”.
En esos años, para ella, hacer teatro no era una opción. “No me daba el cuero. Había muchos compañeros que sí, pero yo no podía. Después tuve a mi hijo y pensaba que estaba tantas horas fuera de casa… Quería llegar a la noche, bañarlo, estar con él. El sistema era así. Vos sabías que terminabas una ficción y al día siguiente, por ahí estabas arrancando con otra”, señala.
Era otra época, afirma, y también, otra televisión. “Me da mucha pena lo que está pasando. A lo mejor, ahora los jóvenes van viendo esta problemática desde que nacen y laburan de otra manera. Nosotros, que somos los que hemos conocido esa otra tele, esas otras posibilidades de laburo, no lo podemos creer. Todos los actores estamos pidiendo que vuelva la ficción -expresa-. La manera de ver tele también ha cambiado mucho. Antes la señora estaba esperando con sus hijos, en determinados horarios del día, una novela y después seguía toda la tanda de novelas durante toda la tarde y hasta la noche. Hay que replantear cómo se puede lograr en estos tiempos modernos, y de otra manera, atrapar a la gente para que vuelva a ver la ficción”.
Hoy, con otra dinámica de trabajo y con su hijo ya grande, Kutika se da el gusto de subirse al escenario. Está por estrenar Te espero en la oscuridad, un thriller que fue un suceso en Broadway en los ‘60. “Tengo una mezcla de emociones, de mucha ansiedad, nervios, expectativa, de ganas de que llegue ya y después decir ‘no no, mejor no, que se atrase un poquito más’. Ojalá todo el esfuerzo, todas las fantasías y las emociones que uno atraviesa sean bien recibidas por la gente. Que al público le guste y disfrute”, asegura.
- Después de El cuarto de Verónica, nuevamente protagonizás un thriller. ¿Qué fue lo que te cautivó de este género?
- Desde muy joven disfruto de este género; del suspenso, el misterio, el terror. He leído muchos libros. Me encantan los policiales negros, las películas y cuanto más oscuro, mejor. Hay algo en mí que se siente atraído hacia esa cosa tan oscura y retorcida. Saliendo de la pandemia, armamos un grupo que tenía la posibilidad de hacer una obra de teatro. Justamente encontré otras personas a las que también les era muy atractivo este género y pensamos en lanzar una propuesta distinta, porque la gente en general iba más a la comedia. Apostamos por El cuarto de Verónica y es el tercer año que la estamos haciendo. La gente sale encantada y dicen que es como ver cine, pero en vivo. Es muy atractiva. Salen debatiendo y muy conmovidos. Hace un tiempito uno de los actores consiguió los derechos de Te espero en la oscuridad, que los venía persiguiendo hace rato. Nos hizo la propuesta y obviamente no la dudamos. Yo no dudé. Para mí es un desafío enorme porque interpreto a una persona no vidente y me encanta asumir nuevos desafíos en este momento de mi vida. La verdad es que queremos convertirnos en el equipo que siga ahondando dentro de este género de suspenso y misterio.
- ¿Qué cosas te dan miedo?
- Soy una persona que puede sentir temor pero no se paraliza, son dos segundos y voy para adelante. Creo que me da miedo el sufrimiento e inclusive el sufrimiento de los demás, que le suceda algo grave a alguien que yo amo. Eso puede ser que me despierte ciertos temores. Después, de verdad, creo que soy una máquina que avanza. No me dejo ganar o paralizar por el miedo. Soy muy luchadora, muy positiva y voy para adelante.
- ¿Qué cábalas tenés antes de salir a escena?
- Normalmente pienso en mis viejos, que ya no los tengo. También, antes de salir, siempre me gusta quemar un poco de palitos santos. En escena trato de tener algún elemento que sea de mi vieja o de mi viejo. En El cuarto de Verónica uso un pañuelo que era de mi papá y en Te espero en la oscuridad hay un caminito que lo bordó mi mamá. Siempre quiero tenerlos cerca. Obviamente también pienso en Pipo (Luis Luque), mi marido. Se va agrandando el pensamiento porque también pienso en mi hijo, en mi nuera y ahora, en mi nieto. Tengo como un pensamiento de los de los seres queridos, en los que están y en los que no están. Después, con el grupo siempre nos tomamos de las manos y nos damos coraje y nos decimos que estemos atentos siempre al otro, que nos miremos. El clásico mierda, mierda. Van cambiando las cábalas de acorde a los grupos.
- ¿Cómo te veías de chica?
- A mí me gustan mucho las plantas, los animales… Así que cuando terminé el secundario me inscribí en el Museo de La Plata en la Facultad de Ciencias Naturales. De verdad, pensé que iba a ser bióloga. Era como algo en lo que yo me había soñado. Cuando era chica era muy tímida, no me veía actuando. En los actos del colegio, por ejemplo, siempre me elegían para actuar y lo padecía, sufría mucho. Era muy introvertida. En un momento de la vida, el haber cambiado de profesión me ayudó mucho con esa timidez, con esa cosa introvertida. Ser actriz es una locura. Normalmente los actores tenemos un costado que nos da como cosita mostrar y, sin embargo, estamos todo el tiempo expuestos. Es como una cosa bipolar que tenemos ahí. Eso es inexplicable, pero bueno, acá estoy.
- De todos modos sos bastante reservada con tu vida privada y no exponés todo en tus redes sociales.
- Sí, sí. Con Luis, que estamos juntos hace como 33 años más o menos, siempre mostramos el laburo y alguna cosita, algún momento de felicidad como cuando nació nuestro nietito. Entonces yo pongo cosas de nuestra nieto en Instagram, pero siempre también con mucho cuidado, con el permiso de mi hijo y de mi nuera. No sé si uno es de otra época, bueno obviamente somos de otra época, de guardar. Pero es una decisión absoluta de no mostrar lo que nos pasa, de detener, de disfrutarlo nosotros con nosotros y a lo mejor con nuestros amigos. Y hasta ahí llega.
- La última. ¿Cómo te ves de acá a diez años?
- Con mucha energía, emprendiendo cosas que me hagan sentir viva. Resolviendo personajes y encarando cómo los voy a hacer. Con la felicidad del trabajo, de la familia. Plena, rodeada de amigos, afectos. Me veo bien. Ojalá que Dios me dé la posibilidad de ejercer diez años más, pero de verdad me veo luminosa.
Para agendar
Te espero en la oscuridad
Estreno. Domingo 3, a las 21, en el Teatro Metropolitan (Avenida Corrientes 1343, Buenos Aires). Entradas en Plateanet. Repite los domingos, misma hora y sala.