Entrevista

Ale Ortega: "Yo no trabajo para gustarle a la gente"

Ale Ortega, cantautor y comunicador social, se ha ganado el amor de toda la provincia por compartir su simpatía y empatía en la televisión mendocina. El periodista pasó por MDZ para "confesarse" y brindó detalles sobre su vida como músico y su carrera en los medios de comunicación.

Valentina Buttini
Valentina Buttini sábado, 10 de junio de 2023 · 10:00 hs
Ale Ortega: "Yo no trabajo para gustarle a la gente"
Ale Ortega contó cómo es su vida como músico y comunicador. Foto: Rodrigo D'Angelo / MDZ.

Estar en la televisión suele ser un arduo trabajo no sólo por el tiempo que conlleva, sino también por la exposición pública. Ale Ortega es uno de los periodistas mendocinos que logró llegar al corazón de la audiencia y, en la actualidad, lo siguen miles de mendocinos que son sus "monstruitos".

Pero Ortega no sólo se queda encasillado en el concepto de "periodista" o "comunicador social", sino que también es músico. Su voz ha logrado cruzar las fronteras mendocinas, llegando a ser parte de producciones televisivas nacionales como "Dulce amor" y "Somos familia".

Ale Ortega es un amante de la música y de la comunicación. Créditos: Rodrigo D'Angelo / MDZ.

Asimismo, en 2008, Ale Ortega tuvo el honor de cantar en el casamiento de Valeria Lynch y Cau Bornes. Tres años después, en 2011, el cantautor fue convocado para ser parte de la entrega anual de los Premios Grammy Latino, donde fue elegido por los medios de comunicación internacionales como "el más elegante del evento". Además, fue escogido por Luis Fonsi y Laura Pausini para abrir sus shows.

Ale Ortega se "confesó" con MDZ Show y habló acerca de su faceta musical y su pasión por los medios.

- ¿Cómo te diste cuenta que querías hacer música?

- Yo soy como un "testarudo absoluto", porque desde chico quería ser músico y periodista. En mi familia no hay músicos y tampoco periodistas. Tengo recuerdos de la primaria en el diario o coro de la escuela. En el momento que tenía que decidir qué estudiar formalmente, elegí Comunicación Social. Pero seguí, y sigo, trabajando con la música y está en mi vida. Es imposible que no esté.

- Tu voz no sólo ha recorrido nuestra provincia, sino también otros países. ¿Cómo es el público local a diferencia del internacional?

- Como músico, cuando vas a otro país, vos sos el artista internacional, y acá el local. Eso, de alguna u otra manera, te marca, en cómo la gente te trata. Siempre he tenido la visión de que me han tratado súper bien, pero sí es cierto que, a nivel económico, siempre han sido mejores tratos afuera que acá. Creo que tiene que ver con ese prejuicio de que "si sabe cantar, que cante". La música, a veces, se convierte en bastante ingrata. Es hermosa y estuvo, está y estará presente en mi vida siempre, pero es ingrata en el sentido en el que es muy difícil a veces poder vivir de la música y que valoren tu trabajo, esfuerzo y años de dedicación.

- Es un pensamiento que circula entre algunas personas, de que "hacer algo relacionado al arte no te va a llevar a nada" o que "no te va a dar de comer"...

- En realidad son elecciones de vida. ¿Puedo vivir de la música? Sí, claro. Pero tengo que partir de Mendoza para hacer eso, algo que no estoy dispuesto a hacer. Amo la provincia, vivir en Mendoza, la calidad de vida, abrir la ventana de mi casa y ver la Cordillera, estar a 45 minutos de Potrerillos y poder desconectarme con la naturaleza. Energéticamente y visualmente es preciosa y la gente es hermosa. Yo soy un amante de Mendoza, no soy de los mendocinos críticos. Entonces, no estoy dispuesto a dejarla. Capaz también por mi edad: yo ya tengo 43 años. Si me hubiese agarrado con 20 años la locura que me agarró con la música, de tantos viajes y ese empujón grande que me dio Telefé poniendo dos canciones mías en dos novelas muy vistas como "Somos familia" y "Dulce amor", hubiese sido distinto. Pero uno tiene que ponerse prioridades en la vida, y la mía es estar bien y ser feliz. A veces estamos persiguiendo un objetivo, que tiene que ver con lo monetario hoy, y es entendible porque estamos en un momento en el cual tenés que laburar para pagar un alquiler que se te fue a las nubes e ir al supermercado. Pero nos olvidamos, a veces, de vivir. Yo trato de parar en algún momento del día para preguntarme "¿para qué estoy haciendo esto? ¿Lo hago para ser feliz? Sí, perfecto, vamos para adelante".

Valeria Lynch convocó al mendocino para cantar en su casamiento en el año 2008. Créditos: Aleortegaskyrock.

- ¿Qué concierto tuyo jamás vas a olvidar?

- Yo nunca me voy a olvidar del primer concierto que me lo armó Javier Segura, mi gurú de la música y de vida. Fue un concierto chiquito, habían muy pocas personas, pero fue mi primera vez en un escenario. Fue todo muy lindo. Si bien he tenido la posibilidad de subirme a un montón de escenarios y conocer un montón de artistas y lugares que jamás imaginé estar, por suerte, ese simple concierto aquí fue maravilloso. Recuerdo hasta aromas.

- Fue tu punto de inicio...

- Fue mi punto de inicio, pero fue también el momento en donde tuve que parar un poco y pensar "¿para qué estoy haciendo esto?". Es como un punto de referencia: yo ahí fui feliz. Entonces, digo "bueno, tengo que sentirme tan feliz como me sentí en ese momento". No todos nos hacemos la pregunta "¿para qué?", y es súper importante. 

Hoy en día, la prioridad del conductor es ser feliz. Créditos: Rodrigo D'Angelo / MDZ.

- ¿Seguís dedicándote a la música? ¿O ha pasado a un segundo plano por tu trabajo en la televisión?

- Naturalmente, hoy la música está en segundo plano, como lo estuvo en algún momento el periodismo. Tuve un momento en que la música estuvo en primer plano y viajé por diferentes países. Fue maravilloso y tengo los mejores recuerdos de esas experiencias. Hoy está en un segundo plano, porque la televisión es un medio maravilloso, pero demanda mucha energía y tiempo, más allá de lo que se ve. ¿Sigue presente? Siempre. No puedo no seguir componiendo o cantando, porque es algo que me sale naturalmente. Pero para mí esto no es un conflicto, aunque en algún momento lo fue.

- ¿Cómo fueron tus inicios en los medios de comunicación?

- Yo arranqué a los 18 años en Radio Nihuil como productor de "Latinocracia", un programa cultural de Marcelo Sapunar. Ahí estuve, más o menos, un año y medio. Después entré como pasante a Diario Los Andes y me quedé por 13 años. Asimismo, en esa época, era docente y gané un premio a nivel provincial. También me hizo una nota Laura Carbonari en su programa de Canal 9 y le gustó la dinámica que tuvimos, entonces me convocó para el programa y estuve haciendo un segmento infantil. Esa fue mi primera parte en la televisión. Después, yo siempre estuve relacionado con Canal 9, porque el diario Los Andes, de alguna manera, es amigo del canal, entonces estuve en los principios de "Cada Día". En mi momento musical me alejé y después volví y, en medio de ese trayecto, abrí mi propia revista. Para mí, los medios y la comunicación son una pasión. Si analizas mi carrera, la comunicación es transversal. Me parece apasionante el poder comunicarnos y ser herramientas de utilidad para que la comunicación fluya.

"Confesiones" fue uno de los espacios que brindó Ortega para que la gente se desahogara. Créditos: Rodrigo D'Angelo / MDZ.

- Recuerdo haber visto en 2020, en medio de la pandemia, "Confesiones", un programa donde las personas hacían declaraciones picantes de manera anónima. ¿Qué te llevó a hacer este programa?

- La necesidad. En 2019 fue mi último año en "Cada Día" porque yo decidí independizarme y empezar a hacer mis programas. Hice "Autodefinidos", un programa con el que gané el Martín Fierro como mejor conductor; y después hice "Confesiones" en el Hotel Intercontinental, un re contra mega show. Renuncié y justo vino la pandemia y me quedé sin ingresos. Estuve dos semanas muy depresivo sin saber qué hacer. Entonces dije "acá tengo que hacer algo" y adapté "Confesiones" a las redes sociales. Empecé en mi Facebook y me llamó, en ese momento, el gerente de Canal 9 para decirme que hiciera el programa con ellos.

- Tuvo mucho impacto en ese entonces...

- Fue impresionante porque fue en un momento justo: la gente estaba desesperada, no sabía que hacer y estaba atormentada con las noticias de que miles de personas morían cada día o que fallecía alguien cercano. La verdad que era como una hermosa válvula de oxígeno "Confesiones". La gente participaba del programa, nos reímos muchísimo y para mí fue terapéutico también. Yo digo que gracias a "Confesiones" hoy tengo "Tardes De ReMate", porque me permitió llegar a la gente desde otro lugar, mucho más simple. Me permití ser yo mismo. Con "Confesiones" me di cuenta que no había que armar ningún personaje, porque en esta carrera lo que suele pasarnos a todos, en general, es armar ese personaje que creemos que a la gente le va a gustar. Con este programa me di cuenta que, siendo yo mismo, conectaba mejor con la gente, de una forma más simple y directa. Me sentí cómodo andando sin filtros. 

Ale Ortega conduce, actualmente, "Tardes De ReMate", programa vespertino que se transmite por Canal 9 Televida. Créditos: Instagram Aleortegaoficial.

- Esta conexión con la gente creó una comunidad, los "Monstruitos". ¿Cómo surgió ese nombre?

- Monstruitos nació en "Confesiones" porque la gente me confesaba cosas muy picantes y, analizando esto en vivo, me di cuenta que no me gustaba decirles "personas", "mujer", "hombre" o "cibernauta". Y yo dije "estos son monstruos". Pero quedaba como muy fuerte, entonces dije "Monstruitos". En la comunidad de "Confesiones" quedó ese nombre, porque era, de alguna manera, una etiqueta que borraba la identidad y que te permitía confesar sin vergüenza y prejuicios. Cuando yo voy a arrancar "Tardes De ReMate", el primer día, cuando me mandan al aire digo "¡Buenas tardes, Monstruitos y Monstruitas!" y me di cuenta que eso era de "Confesiones". Y la gente lo tomó, fue maravilloso. Incluso los niños lo tomaron. De hecho, muchos papás me contaban que tenían hijos que estaban en la edad del miedo a los monstruos y que cuando yo empecé con los de "Monstruitos" perdieron el miedo. Es una comunidad hermosa, solidaria, colaborativa y participativa.

- ¿Te has encontrado gente que sea más "negativa" o que critique tu trabajo?

- Sí, obvio. Haters (odiadores) siempre hay. Mientras más expuesto estás, peor es. No tengo que gustarle a todo el mundo. Yo no trabajo para gustarle a la gente: hago lo que amo y soy un privilegiado por hacer esto. Y trato de hacerlo de la mejor manera posible. Lo hago por mí y para generar un cambio, contenido y también para mimar a las personas. Y no todas las personas están dispuestas a sentirse mimadas o gustarles lo que hago. Y está bien. Yo no estoy de acuerdo con el ataque de los haters, no es la forma. Me parece que eso tenemos que rever como sociedad: ocultarnos detrás de un nickname (apodo) que nos hace anónimos y decirle barbaridades a las personas no está bueno. La energía que estás gastando en decir tantas maldades dedicala a tomar un café con alguien, si es que tenés amigos. El tema de los haters a mí no me preocupa, pero si se que le hace mal a mucha gente. Sí tengo haters, son pocos.

- ¿Te critican más por tu trabajo o por tu persona?

- Por todo: "Ay, este pelotudo"; "A este no me lo banco"; Ay, este puto". Siempre hay una cuestión de atacar desde lugares que ya no tienen sentido. Si no te gusta mi trabajo, estás en todo tu derecho. Hay un límite entre "no me gusta" y la maldad. Si vos estás atacando tenés la intención de generar en el otro un malestar. Me da lástima la gente que dedica tiempo a su vida, a molestar a otras personas. Lo más importante que tienen en su vida es criticar. Yo hago un montón de cosas y estoy feliz por eso y por la comunidad que tengo. A los haters beso, los amo.

El tema de los haters a mí no me preocupa, pero sí sé que le hace mal a mucha gente. Si tengo haters, son pocos.

- Actualmente estás conduciendo "Tardes De ReMate", un programa que se ha ido renovando en cada temporada. Este año, ¿tenés pensado incorporar algo nuevo al programa?

- Este año innovamos bastante. Desarmamos "Tardes De ReMate" y lo rearmamos. Generamos nuevos contenidos y segmentos. Y sí, vienen y vendrán nuevos segmentos porque nos parece que es súper entretenido para la gente y nosotros.

El periodista reveló que se vienen cosas nuevas en su programa de todas las tardes. Créditos: Rodrigo D'Angelo / MDZ.

- Desde tu rol de periodista, ¿cuál es el actual desafío que tienen los comunicadores sociales de nuestra provincia?

- Cuando uno estudia la historia de los medios de comunicación puede ver que con la aparición de medios nuevos, los medios "antiguos" temen a diluirse, a desaparecer. Creo que el desafío que nos toca hoy a los comunicadores es encontrar el verdadero lenguaje de los medios de comunicación actuales y viejos. Como las redes sociales han tenido, y tienen, un impacto muy fuerte en la sociedad, muchos medios tradicionales tratan de imitar el lenguaje de las redes y para mí, cada medio tiene su lenguaje. Creo que nos toca la tarea de rearmar los lenguajes.

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