Tres motivos por los que deberías ver Asfixiados, la nueva película de Leonardo Sbaraglia

Asfixiados es la nueva película de Leonardo Sbaraglia y acaba de llegar a las salas de cine de todo el país. Se trata una comedia dramática dirigida por Luciano Podcaminsky que cuenta la crisis a la que se enfrenta un matrimonio que lleva 24 años de casados. También actúan Julieta Díaz y Marco Antonio Caponi, entre otros.

Asfixiados llega al cine: por qué hay que ver la nueva película de Leonardo Sbaraglia

1. La dupla protagonista

Asfixiados gira en torno a la historia de Nacho y Lucía, un matrimonio que lleva 24 años de casados y que tiene una hija adolescente. Él es el exitoso director de una productora y ella una fotógrafa que es dueña de un prestigioso restaurante. Los encargados de dar vida a esta pareja son Leonardo Sbaraglia y Julieta Díaz, 2 de los artistas más destacados del país. El primero viene de lucirse en Errante corazón (2021) y Hoy se arregla el mundo (2022). Algunos de los últimos trabajos de la actriz, por su parte, son la película No soy tu mami (2019) y la serie Casi feliz (2020).

2. El elenco

Una de las claves de la nueva película de Luciano Podcaminsky se encuentra precisamente en la química que construyen Leo Sbaraglia y Julieta Díaz a través de sus personajes. Sin embargo, no es la única: también resulta fundamental la presencia de otra pareja, la que los acompaña en el viaje en yate que deciden emprender. La misma está compuesta por Ramiro (Marco Antonio Caponi) y Cleo (Zoe Hochbaum).

El elenco lo completan Sofía Zaga Masri como Camila, la hija del matrimonio, y Natalia Oreiro, quien hace una breve aparición interpretándose a sí misma.

3. La historia

El eje de la película, el conflicto que impulsa los acontecimientos de la historia, pasa porque el matrimonio interpretado por Sbaraglia y Díaz se encuentra en una profunda crisis. Cada uno de ellos lo está tanto personal como profesionalmente. Como si fuese poco, el paso del tiempo, la rutina, los secretos acumulados, las preguntas sin respuesta y las miserias escondidas se combinan para que la crisis se vuelva ya impostergable.

Sbaraglia define a Nacho como “un tipo muy atento y muy inteligente”, y también como “un manipulador, un personaje que descarga mucho a través de su humor ácido”. También parece dar en el centro de la cuestión cuando dice que “cuando no hay comunicación”, cuando “se deja de hablar, de tratar de entender”, todo se vuelve “mucho más difícil y se construyen cosas más monstruosas”.

El encierro también hace lo suyo. Lo que parecía ser un viaje paradisíaco, termina siendo una pesadilla, ya que el yate sufre problemas técnicos y una tormenta y queda en medio del mar. Así, a Nacho y a Lucía no les quedará más remedio que afrontar el vendaval y hacer lo posible por seguir adelante.