Natalia Fava y Santiago Almeyda se conocieron en Gran Hermano 2001, se enamoraron en el encierro y hasta celebraron una boda dentro del reality. Su historia siguió fuera del show y se prolongó durante veinte años. Hasta que un día, dos años atrás, Natalia dijo “basta” y decidió separarse.

La noticia de la ruptura recién salió a la luz en los últimos días, a raíz de una nota que Fava brindó a Tomás Dente en su programa Entre Nos (Net TV), donde la ex hermanita dejó al conductor atónito cuando contó al aire que ya no convivían con Santiago Almeyda. ¿El motivo? Ella descubrió una infidelidad y, si bien lo perdonó, el engaño se llevó puesta la relación.

“Cuesta perdonar una deslealtad. De grande aprendí a perdonar, pero no me olvido. Quiero andar más suelta, no quiero esa pesadez de lo que me hicieron. Cada quien se hará cargo de lo que deba”, señaló Natalia Fava. 

“Estuve muy triste, fue una situación poco agradable. No me esperé que me fuera a pasar esto. Si se le terminó el amor habría que preguntárselo a él”, dijo, y agregó un detalle estremecedor: “No nos volvimos a ver más. Hace casi dos años ya”.

Si bien quedó muy dolida, la marplatense aseguró que a su ex le desea “lo mejor”. “Ojalá que pueda levantarse”, dijo. Por otro lado, Nati aclaró que para ella no fue nada fácil: "Yo tuve que rearmarme para salir de nuevo. Me cuesta mucho sociabilizar con alguien, tiene que haber una magia. Yo ando por la vida y será lo que tenga que ser. No planifico ni busco”.

“Fueron más de dos décadas de matrimonio. A veces las cosas no se dan. Hemos vivido momentos maravillosos y duros también, tristes, como cuando murió su hermana. Si tengo que poner en la balanza, crecimos juntos”, añadió, conmovida.

La reflexión de Natalia Fava sobre su relación con Almeyda

Finalmente, la empresaria (tiene un emprendimiento de sweaters) reflexionó sobre su relación: “Me hubiera encantado envejecer con él. Pero bueno, lo tomo como una experiencia de vida. Lo amé un montón. La gente siempre fue amorosa con nosotros. Es la persona con la que compartí todo. Lo mejor fue caminar juntos, a la par. Soñar a futuro. Era mi complemento. Encontré en él lo que no encontraba en otras personas”.

Y cerró: “A veces dar demasiado juega en contra. Lo que pasa es que cuando uno ama lo da todo. Siempre sentís que te necesitan y tal vez no es así. Llega un momento que eso se hace un acostumbramiento”.