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Falleció a los 89 años Bob Rafelson, figura central del Nuevo Hollywood

Habitual colaborador de Jack Nicholson, el cineasta fue uno de los realizadores independientes más importantes de Estados Unidos.
Bob Rafelson.
Bob Rafelson.

El cineasta norteamericano Bob Rafelson falleció este sábado a los 89 años en su casa de Aspen, Colorado. El director de películas como Mi vida es mi vida (1971)  y El cartero siempre llama dos veces (1981), "murió en paz y rodeado de su familia", según expresó  Jolene Wolff, quien trabajó con Rafelson durante 38 años en su productora.

Si bien sus comienzos se remontan a la década del 60, el filme Mi vida es mi vida lo catapultó como un nombre relevante entre los directores de su generación. Protagonizada por Jack Nicholson, el filme fue una road movie centrada en los personajes que refleja la visión de Rafelson de un extraño que sufre un dolor profundo y no revelado.

El filme, nominado a cuatro premios Oscar, incluida la de mejor película, también anunció la llegada de Nicholson como una estrella importante y que le valió su primera nominación a mejor actor. Rafelson también trabajaría con el actor como guionista o director en Sangre y vino (1996).

Las primeras películas de Rafelson marcaron una nueva profundidad en el cine estadounidense de la mano de familias disfuncionales, ambiciones frustradas y alienación. Entre 1966 y 1968 estuvo al frente de la popular serie de NBC Monkees, sobre un grupo de rock inspirado en los Beatles que le valió a Rafelson un Emmy por serie de comedia en 1967.

Luego, entre una vasta filmografía, llegaron el thriller psicológico El caso de la viuda negra (1987), Las montañas de la luna (1990) y Poodle Springs (1998) para HBO, una adaptación de una historia de Raymond Chandler.

Nacido en Nueva York en 1933, Rafelson creció en una familia judía acomodada del Upper West Side de Manhattan. Estudiaba en un colegio privado. Su padre era dueño de una fábrica de sombreros. Desde muy joven, dejó claro que no seguiría el camino que su familia le tenía preparado. Ese gesto de rebeldía marcaría para siempre su trayectoria y la mayoría de los proyectos que produjo, no solo en la costa Este, sino también en Los Ángeles, adonde se mudó en 1962 para fundar una empresa productora.

Se interesó en el cine desde muy joven. Creció viendo cuatro películas al día mientras vivió en la gran manzana. Años después, se enroló en el Ejército y fue enviado a Japón, donde fue locutor en un programa de radio para los soldados. En Tokio, el estudio Sochiku lo contrató para que tradujera el cine nipón al inglés.