La emotiva disculpa pública de Darío Barassi a su mamá tras una entrevista

Darío Barassi se terminó convirtiendo en uno de los favoritos de la televisión. Tanto en su rol como actor, donde siempre con el humor que tanto lo caracteriza hace de sus personajes un espectáculo, como en su labor como conductor, del cual demostró todo su potencial con 100 argentinos dicen (El Trece).

Hace algunos días atrás brindó una entrevista reveladora y muy personal con Infobae, en la que confió muchísimas cosas sobre su vida y su juventud y se alejó un poco de su costado humorístico. Allí habló de los que significó la muerte de su padre y crecer solo con su mamá, que hizo todo para que a sus hijos no le falte nada.

Pero sin darse cuenta, alguna de las frases que dijo en aquella charla después lo hicieron sentir mal y tuvo que salir a pedir disculpas públicas a su madre. “Para mí, mamá pasó de ser una súper heroína a una pésima madre. Ya de grande me di cuenta de todas sus ausencias”, dijo Darío Barassi. 

“Porque por su necesidad de llevar adelante la familia, no la veía. Laburaba a la mañana. Laburaba a la tarde. Además intentaba hacer una vida. Tenía una pareja. ¡Yo odiaba que tuviese una pareja! Y crecí muy solo”, continuó su relato.

Además, allí sumó que su mamá tenía tan solo 32 años, una carrera sin terminar e hizo lo que pudo: “Volvió a casarse. Volvió a enviudar. Y entramos en una vorágine. En 12 años nos mudamos 16 veces. Todo era un ´ir probando´. Hasta llegamos a vivir en el barrio Santa Lucía, de una zona rural. Yo amanecía rodeado de ovejas y le decía: ´¡¿Vieja, adónde nos trajiste?!´”.

El actor confesó haberse sentido abandonado por su mamá y admitió haberla castigado muchos años. “Para mis exigencias y necesidades diarias tenía empleadas, a mis hermanos, a mis abuelos, pero mi vieja no estaba”, confió angustiado.

Pero luego de que se publicara aquella conversación reveladora con el periodista Sebastián Soldano, Darío Barassi decidió hablar al respecto: “Cuando escuchaba la nota, con alguna que otra lágrima y risa de por medio, me quedé con un gusto amargo. En todos mis relatos se priorizaba un reclamo respecto de mi vieja y se marcaba un poco su ausencia”.

Y ahí fue que le dedicó unas emotivas palabras a su mamá, lejos de cuestionarle las decisiones de su juventud: “Se quedó viuda a los 32. Éramos tres gigantes niños que había que cuidar, educar, querer y sacar adelante. Y lo hizo. Tuvo sus enfermedades, graves, de diferentes tipos, y batalló hasta recuperarse siempre. Una roca, una guerrera. Amó, apostó y perdió. Lloró, superó y siguió. Gran hija, cuidadora de sus papás hasta el final. Graciosa. Con una sonrisa hermosa. Manos elegantes. Con estilo y personalidad. Mujer de fe, de libertades, con un mundo interno muy rico”.

“Te reclamo presencia en la nota, y basta repasar el pasado para entender que estabas haciendo malabares extremos para sostener esta familia y darnos un presente y futuro copado. Básicamente, lo que hace una buena madre. Vieja, mi relato en la nota fue injusto. Pero no en la vida. Sabés lo que te quiero y agradezco. Te lo hago saber siempre”, cerró.