Reflexión

Carla Peterson compartió una noble y emotiva mirada sobre el coronavirus

La actriz posteó un notable texto de Edna Rueda Abrahams y fue muy elogiada.

MDZ Show
MDZ Show miércoles, 18 de marzo de 2020 · 22:35 hs
Carla Peterson compartió una noble y emotiva mirada sobre el coronavirus
Carla Peterson Foto: Gentileza

En plena cuarentena, la actriz Carla Peterson compartió un texto de Edna Rueda Abrahams. En el mismo se expresa una mirada de unión y empatía. 

El texto publicado por Peterson dice lo siguiente: “Y así un día se llenó el mundo con la nefasta promesa de un apocalipsis viral y de pronto las fronteras que se defendieron con guerras, se quebraron con gotitas de saliva. Hubo equidad en el contagio que se repartía igual para ricos y pobres. Las potencias que se sentían infalibles vieron cómo se puede caer ante un beso, ante un abrazo...”.

Y nos dimos cuenta de lo que era y lo importante, y entonces una enfermera se volvió más indispensable que un futbolista, y un hospital se hizo más urgente que un misil. Se apagaron luces en estadios, se detuvieron los conciertos, los rodajes de las películas, las misas y los encuentros masivos y entonces en el mundo hubo tiempo para la reflexión a solas, y para esperar en casa, que lleguen todos, para reunirse frente a fogatas, mesas, mecedoras, hamacas y contar cuentos que estuvieron a punto de ser olvidados”, continúa.

Tres gotitas de mocos en el aire, nos ha puesto a cuidar ancianos, a valorar la ciencia por encima de la economía. Nos ha dicho que no solo los indigentes traen pestes, que nuestra pirámide de valores estaba invertida, que la vida siempre fue primero y que las otras cosas eran accesorios”, manifiesta.

Y concluye: “No hay un lugar seguro, en la mente de todos nos caben todos *y empezamos a desearle el bien al vecino, necesitamos que se mantenga seguro, necesitamos que no se enferme, que viva mucho, que sea feliz*. Junto a una paranoia hervida en desinfectante *nos damos cuenta que, si yo tengo agua y el de más allá no, mi vida está en riesgo*. Volvimos a ser aldea, la solidaridad se tiñe de miedo y a riesgo de perdernos en el aislamiento, existe una sola alternativa: *ser mejores juntos*. Si todo sale bien, todo cambiará para siempre. Las miradas serán nuestro saludo y reservaremos el beso solo para quien ya tenga nuestro corazón. Cuando todos los mapas se tiñan de rojo con la presencia del que corona, las fronteras no serán necesarias y el tránsito de quienes vienen a dar esperanzas será bien recibido bajo cualquier idioma y debajo de cualquier color de piel. Dejará de importar si no entendía tu forma de vida, si tu fe no era la mía, bastará que te anime a extender tu mano cuando nadie más lo quiera hacer”.

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Por: Edna Rueda Abrahams u0026#34;Y asu00ed un du00eda se llenu00f3 el mundo con la nefasta promesa de un apocalipsis viral y de pronto las fronteras que se defendieron con guerras, se quebraron con gotitas de saliva. Hubo equidad en el contagio que se repartu00eda igual para ricos y pobres. Las potencias que se sentu00edan infalibles vieron cu00f3mo se puede caer ante un beso, ante un abrazo. Y nos dimos cuenta de lo que era y lo importante, y entonces una enfermera se volviu00f3 mu00e1s indispensable que un futbolista, y un hospital se hizo mu00e1s urgente que un misil. Se apagaron luces en estadios, se detuvieron los conciertos, los rodajes de las pelu00edculas, las misas y los encuentros masivos y entonces en el mundo hubo tiempo para la reflexiu00f3n a solas, y para esperar en casa, que lleguen todos, para reunirse frente a fogatas, mesas, mecedoras, hamacas y contar cuentos que estuvieron a punto de ser olvidados. Tres gotitas de mocos en el aire, nos ha puesto a cuidar ancianos, a valorar la ciencia por encima de la economu00eda. Nos ha dicho que no solo los indigentes traen pestes, que nuestra piru00e1mide de valores estaba invertida, que la vida siempre fue primero y que las otras cosas eran accesorios. No hay un lugar seguro, en la mente de todos nos caben todos *y empezamos a desearle el bien al vecino, necesitamos que se mantenga seguro, necesitamos que no se enferme, que viva mucho, que sea feliz*. Junto a una paranoia hervida en desinfectante *nos damos cuenta que, si yo tengo agua y el de mu00e1s allu00e1 no, mi vida estu00e1 en riesgo*. Volvimos a ser aldea, la solidaridad se tiu00f1e de miedo y a riesgo de perdernos en el aislamiento, existe una sola alternativa: *ser mejores juntos*. Si todo sale bien, todo cambiaru00e1 para siempre. Las miradas seru00e1n nuestro saludo y reservaremos el beso solo para quien ya tenga nuestro corazu00f3n. Cuando todos los mapas se tiu00f1an de rojo con la presencia del que corona, las fronteras no seru00e1n necesarias y el tru00e1nsito de quienes vienen a dar esperanzas seru00e1 bien recibido bajo cualquier idioma y debajo de cualquier color de piel. Dejaru00e1 de importar si no entendu00eda tu forma de vida, si tu fe no era la mu00eda, bastaru00e1 que te anime a extender tu mano cuando nadie mu00e1s lo quiera hacer.

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