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Tres pueblos costeros de Chile perfectos para descansar este verano

Cada verano, Chile se convierte en un destino muy buscado por los mendocinos, atraídos por su mar, su gastronomía y la cercanía. Estos tres pueblos de playa ofrecen descanso, encanto y tranquilidad.

Los pueblos de playa de Chile son una opción tentadora para los mendocinos que quieren escapar del calor y del turismo masivo.

Los pueblos de playa de Chile son una opción tentadora para los mendocinos que quieren escapar del calor y del turismo masivo.

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Cuando el calor llega a Mendoza, muchos miran hacia el oeste. Cruzar la cordillera es sinónimo de mar, brisa y verano. Chile ofrece un sinfín de opciones costeras, pero algunos rincones se mantienen al margen del turismo masivo.

Son pueblos que conservan su ritmo local, donde el sonido del mar se mezcla con las conversaciones lentas de los pescadores y el aroma a empanadas de marisco recién horneadas.

Maitencillo, el encanto natural de la costa central

A unos 160 kilómetros de Santiago, Maitencillo es uno de esos lugares que combinan naturaleza, surf y calma. Rodeado de acantilados, playas amplias y bosques de pinos, este pueblo costero atrae a quienes buscan un verano más sereno. Las playas de El Abanico y Aguas Blancas son ideales para caminar, practicar deportes acuáticos o simplemente disfrutar de una puesta de sol frente al Pacífico.

Aunque en los últimos años ha crecido su infraestructura turística, Maitencillo conserva una esencia familiar y sencilla. Los alojamientos tipo cabaña y los restaurantes de cocina marina artesanal hacen que el visitante se sienta parte del entorno, sin grandes multitudes ni ruido.

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Maitencillo, un pueblo costero rodeado de acantilados, ideal para quienes buscan mar y tranquilidad.

Maitencillo, un pueblo costero rodeado de acantilados, ideal para quienes buscan mar y tranquilidad.

Pichilemu, la capital del surf con alma de pueblo

En la Región de O’Higgins, Pichilemu es famoso por sus olas perfectas para surfear, pero también por su ambiente relajado y su identidad local. Este pueblo costero conserva calles de tierra, ferias de artesanos y una energía bohemia que combina mar, música y cultura. Durante el verano, se llena de viajeros jóvenes y familias que buscan un destino diferente, sin las aglomeraciones de los balnearios tradicionales.

El muelle, la playa Punta de Lobos y los miradores sobre los acantilados ofrecen postales inolvidables. Además, los cafés y hostales con vista al mar mantienen ese espíritu libre y tranquilo que define a Pichilemu desde hace décadas.

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Pichilemu, el pueblo surfista de Chile, mantiene su espíritu libre y bohemio entre olas, ferias y atardeceres frente al Pacífico.

Pichilemu, el pueblo surfista de Chile, mantiene su espíritu libre y bohemio entre olas, ferias y atardeceres frente al Pacífico.

Los Vilos, un refugio tranquilo entre Coquimbo y Valparaíso

Más al norte, Los Vilos es un pueblo pesquero con historia, gastronomía y playas extensas. Su bahía ofrece aguas más templadas que otras zonas del Pacífico y un entorno ideal para quienes buscan desconectarse. La Playa Principal y Los Conchales son perfectas para nadar o descansar bajo las sombrillas naturales formadas por rocas y acantilados.

Lejos de las multitudes de La Serena o Viña del Mar, Los Vilos conserva el ritmo pausado de sus habitantes. Los visitantes pueden degustar pescados frescos, visitar la caleta artesanal o recorrer los senderos que bordean la costa, donde la naturaleza domina cada vista.

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Los Vilos, un pueblo de mar entre Coquimbo y Valparaíso, combina playas amplias, pesca artesanal y una calma difícil de encontrar en verano.

Los Vilos, un pueblo de mar entre Coquimbo y Valparaíso, combina playas amplias, pesca artesanal y una calma difícil de encontrar en verano.