Tres pueblos de Córdoba ideales para un verano entre agua y sierras
En Córdoba hay pueblos con ríos frescos, embalses y playas naturales perfectas para disfrutar el verano lejos del ruido de las ciudades.
Estos pueblos cordobeses ofrecen ríos y embalses perfectos para disfrutar el verano.
La geografía de Córdoba guarda pueblos que en verano se vuelven verdaderos refugios naturales. Ríos transparentes, embalses amplios, sombra de árboles y montañas que enmarcan el paisaje convierten a estos destinos en lugares perfectos para descansar, refrescarse y vivir la temporada a otro ritmo.
A diferencia de los centros turísticos más concurridos, estos pueblos ofrecen tranquilidad, contacto directo con la naturaleza y espacios de agua ideales para pasar horas enteras en la orilla. Aquí tres opciones ideales para quienes buscan un verano simple, auténtico y serrano.
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Villa Rumipal
Ubicada a orillas del Embalse de Río Tercero, Villa Rumipal es uno de los pueblos más lindos del Valle de Calamuchita para disfrutar el verano. Sus playas sobre el embalse permiten nadar, hacer kayak, navegar o simplemente pasar la tarde bajo los árboles que bordean la costa. El agua tranquila y amplia convierte al lugar en un destino perfecto para familias o grupos que buscan comodidad.
Más allá del embalse, el pueblo cuenta con balnearios naturales sobre pequeños arroyos, senderos cortos y una infraestructura turística que mantiene el equilibrio entre servicios y tranquilidad. Los miradores del cerro Rumipal permiten ver toda la extensión del lago, ofreciendo una de las postales más lindas del valle.
Al atardecer, el embalse se tiñe de colores dorados, y el clima apacible del pueblo acompaña la escena. Es un destino ideal para quienes quieren playa, agua templada y un ambiente veraniego sin multitudes.
Los Reartes
Los Reartes es uno de los pueblos históricos más encantadores de Córdoba, y su mayor atractivo veraniego es el río Los Reartes, considerado uno de los más limpios y cristalinos de la provincia. Sus playitas de arena, pozones naturales y zonas bajas para familias lo transforman en un destino perfecto para bañarse y pasar el día a la sombra de los sauces.
El pueblo conserva su estilo colonial: casas de adobe, calles de tierra y una capilla de 1738 que es parte de su identidad. Esa calma rural se combina con el río para crear un ambiente sereno, ideal para quienes buscan un verano más auténtico y natural.
Además, Los Reartes es puerta de entrada al Camino de los Linderos y a varias caminatas suaves con vista a las sierras. Es un pueblo que reúne historia, agua fresca y paisaje serrano en partes iguales.
San Clemente
Enclavado entre bosques, arroyos y serranías, San Clemente es uno de los pueblos menos conocidos pero más encantadores del Valle de Paravachasca. Su río —frío, limpio y rodeado de vegetación nativa— forma remansos y pequeñas cascadas ideales para refrescarse en verano.
El pueblo tiene un perfil muy tranquilo: calles sin ruido, senderos que conectan con arroyos escondidos y una cercanía privilegiada con la Reserva Natural La Quebrada del Condorito, uno de los sitios más espectaculares de la provincia.
San Clemente es perfecto para quienes buscan desconexión real: días de río, caminatas por el monte y noches frescas en un pueblo que aún conserva su esencia rural.




