Tres pueblos de Chile ideales para mendocinos que buscan un verano tranquilo
A pocas horas del cruce, estos pueblos chilenos ofrecen playas, gastronomía y un ritmo de vida perfecto para descansar este verano.
Cahuil, Matanzas y Curacaví: pueblos chilenos perfectos para una escapada desde Mendoza.
ShutterstockChile es uno de los destinos favoritos de los mendocinos cuando llega el verano. Sin embargo, a veces los turistas se concentran en ciudades demasiado concurridas del litoral, perdiendo la oportunidad de descubrir la verdadera esencia del país vecino.
Los pueblos cercanos a la cordillera permiten conocer costumbres locales, sabores auténticos y paisajes únicos, siempre con un clima ideal para disfrutar al aire libre. Una escapada diferente, a poca distancia y lejos de las grandes multitudes.
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Cahuil, Región de O’Higgins
Ubicado a unos 20 minutos al sur de Pichilemu, este pequeño pueblo costero es famoso por sus salinas. Allí se produce sal de mar de manera artesanal desde hace siglos, un atractivo que se puede conocer con visitas guiadas y degustaciones. El ambiente es tranquilo, con caminos rurales que desembocan en el estuario del río Nilahue.
Además de sus paisajes naturales, Cahuil ofrece gastronomía con pescados frescos y mariscos de la zona. Sus playas cercanas son ideales para quienes buscan mar sin el movimiento del surf profesional de Pichilemu, y la observación de aves es una actividad muy valorada en la zona.
Matanzas, Región de O’Higgins
Con playas abiertas y un clima relajado, Matanzas se convirtió en un destino favorito para deportes náuticos como kitesurf y windsurf. A pesar de su creciente popularidad, sigue siendo un pueblo de baja densidad, rodeado de acantilados y casas bajas con vista al Pacífico.
Aquí el plan perfecto combina playa, caminatas y atardeceres frente al mar. La gastronomía también es protagonista, con restaurantes pequeños que trabajan productos locales. Es una opción ideal para quienes quieren playa, pero sin la masividad de los destinos clásicos del litoral chileno.
Curacaví, Región Metropolitana
A medio camino entre Los Andes y Viña del Mar, Curacaví mantiene un ambiente rural auténtico. Sus panaderías y dulcerías son famosas en toda la región por los tradicionales “dulces chilenos”, además de una interesante oferta de quesos, cervezas artesanales y vino del Valle del Maipo cercano.
El pueblo es también puerta de entrada a rutas agro-turísticas: viñedos familiares, huertos y festivales costumbristas durante el verano. Para quienes cruzan desde Mendoza rumbo al litoral, Curacaví es una parada estratégica para descansar y descubrir sabores locales antes de llegar al mar.




