Tres pueblos cerca de Mendoza ideales para vacacionar este verano
MDZ Trip te trae tres pueblos perfectos para descansar: ríos frescos, naturaleza, montañas y hasta mar cruzando la cordillera.
El verano invita a buscar lugares tranquilos, accesibles y rodeados de naturaleza. Para quienes viven en Mendoza o la eligen como base, existen pueblos cercanos —en Argentina y del otro lado de la cordillera— que permiten cambiar de aire sin viajar demasiado. Entre sierras, ríos y océano, cada uno ofrece una experiencia distinta pero igual de veraniega.
Estos pueblos son ideales para quienes buscan días de sombra natural, agua fresca, caminatas suaves, buena gastronomía local y tardes largas sin ruido ni multitudes. Desde los paisajes puntanos hasta la costa del Pacífico y la calma sanjuanina, cada destino tiene su encanto propio para las vacaciones.
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El Trapiche (San Luis)
El Trapiche es uno de los pueblos más visitados de San Luis en verano, y su cercanía con Mendoza lo convierte en una escapada perfecta. Rodeado de sierras y vegetación, ofrece varios balnearios naturales formados por el río Trapiche y los arroyos que bajan de las montañas. Sus aguas claras y frías son ideales para mitigar el calor estival, mientras que las playas de arena y piedra ofrecen espacio suficiente para pasar el día.
Además de sus ríos, el pueblo tiene un ambiente familiar, tranquilo y bien organizado, con campings, paradores, senderos cortos y áreas recreativas que permiten disfrutar de la naturaleza sin complicaciones. Los visitantes también pueden recorrer puntos como el Dique La Florida, el Parque Nativo o la zona histórica donde se levantaron las primeras construcciones mineras de la región.
A la noche, El Trapiche mantiene un ritmo pausado: ferias artesanales, música al aire libre y gastronomía sencilla pero sabrosa. Es un destino ideal para quienes buscan ríos, sombra y la serenidad típica de los pueblos serranos.
Isla Negra (Chile)
Cruzando la cordillera, Isla Negra aparece como uno de los pueblos costeros más encantadores de la región del Pacífico. Su playa amplia, su mar fresco para bañarse y el clima templado lo convierten en un destino perfecto para quienes buscan una experiencia de verano distinta a la del lado argentino. Aunque su oleaje puede ser fuerte, hay zonas donde se puede nadar con seguridad, siempre prestando atención a las indicaciones.
El pueblo también es conocido por su vínculo con Pablo Neruda: su casa-museo frente al mar es una visita obligada, tanto por su arquitectura como por las vistas al océano. Las calles tranquilas, las casitas de madera y la brisa marina le dan un aire artístico que atrae a viajeros de todas partes.
A diferencia de otros balnearios más grandes, Isla Negra conserva la esencia de un pueblo costero sin estridencias: restaurantes sencillos con mariscos frescos, ferias locales, artesanos y atardeceres que tiñen el cielo de tonos rosados. Una escapada perfecta para mendocinos que quieren sumar mar y cultura en un mismo viaje.
Barreal (San Juan)
A solo tres horas de Mendoza, Barreal es uno de los pueblos más tranquilos y bellos de la región cuyana. Ubicado en el Valle de Calingasta, sorprende con su combinación de arboledas, acequias, montañas imponentes y un cielo limpio ideal para observar estrellas. Su río —el Barreal— ofrece zonas poco profundas y remansos donde refrescarse durante el verano.
El pueblo también es famoso por el "barreal blanco", una planicie arcillosa donde se puede caminar, contemplar la inmensidad o practicar carrovelismo. A su alrededor abundan senderos, miradores naturales y rincones perfectos para fotografiar el Cordón de Ansilta o el cerro Mercedario, uno de los más altos del país.
Barreal conserva un espíritu sereno: calles arboladas, bodegas pequeñas, casas de adobe y un ambiente que invita a quedarse. Es ideal para quienes buscan descanso real, paisajes abiertos y un verano diferente, donde la naturaleza domina sin interferencias.




