Tarta rústica con masa casera: una receta infalible para cualquier plan
Receta para que aprendas a hacer una tarta casera con vegetales asados, con paso a paso completo. ¡Probala!

Un plato visualmente atractivo y lleno de sabor, ideal para el frío.
Pocas cosas se disfrutan tanto en invierno como una tarta salada bien casera, con masa crocante y relleno rico y calentito, de esos que abrigan desde adentro. Hoy te presento una receta con vegetales asados y masa casera integral, que tiene ese equilibrio entre lo saludable y lo reconfortante.
La base es una masa tipo galette, más libre y descontracturada que la clásica. Acá no buscamos bordes perfectos, sino sabor, textura y ese efecto hecho con amor que se nota en cada pliegue. Para el relleno de la tarta, usás verduras de estación (como zapallo cabutia, zanahorias, cebolla morada y zucchini) que se asan previamente con aceite de oliva, sal marina, tomillo y pimienta negra. El toque final lo da un queso suave, que puede ser feta, ricotta firme o incluso un queso de cabra suave. Todo se arma en capas.
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Ingredientes para la masa:
-
200 g de harina integral
50 g de manteca fría en cubitos
1 cda de yogur natural o crema
1 huevo
1 pizca de sal
Agua fría c/n
Ingredientes para el relleno:
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1 taza de zapallo asado en cubos
1 zucchini en rodajas finas
1 zanahoria en tiras
1 cebolla morada en gajos
1 cda de aceite de oliva
1 cdta de tomillo seco
100 g de queso (el que prefieras)
Sal y pimienta a gusto
Paso a paso de la receta:
Para la masa, integrás la harina con la sal y la manteca hasta que quede un arenado. Sumás el huevo, el yogur y apenas un chorrito de agua fría para unir, sin amasar. La envolvés en film y la llevás a la heladera unos 30 minutos. Mientras tanto, cortás las verduras, las mezclás con el aceite, el tomillo, sal y pimienta, y las horneás en una placa a 200°C hasta que estén tiernas y doradas.
Sacás la masa, la estirás en forma circular sobre una placa aceitada o papel manteca. En el centro colocás el queso y los vegetales asados. Doblás los bordes hacia adentro con una actitud despreocupada pero prolija, pincelás con huevo batido y horneás 30 minutos hasta que esté dorada y crocante.
A esta tarta podés servirla tibia con una ensalada de hojas verdes, o fría para un picnic o brunch. También se puede adaptar fácilmente, y podés cambiar el queso por una versión vegana, sumar espinaca salteada, tomates secos o lo que tengas a mano.