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Peleas en las Fiestas: cómo estar en paz en la mesa familiar, según los psicólogos

Psicólogos explican por qué aumentan las tensiones en fin de año y comparten claves para transitar las reuniones familiares con más calma y bienestar.

Los psicólogos destacan que estar en paz no siempre depende del resto.

Los psicólogos destacan que estar en paz no siempre depende del resto.

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Las Fiestas de fin de año suelen asociarse con alegría, reencuentros y tradición. Sin embargo, para muchas familias también representan un momento de tensión. Expectativas altas, balances personales, cansancio acumulado y vínculos complejos pueden convertir una celebración en un escenario de discusiones que nadie desea.

Los psicólogos coinciden en que diciembre es un mes emocionalmente sensible, en el que las reuniones familiares pueden activar viejos conflictos o desencadenar nuevas fricciones.

peleas familiares

Por qué se producen las peleas familiares en diciembre

¿Por qué pasa? Especialistas explican que estas celebraciones funcionan como un “recordatorio emocional” del paso del tiempo y de las dinámicas familiares. “Las fiestas condensan emociones intensas: nostalgia, duelos, frustraciones, pero también deseo de unión”, señalan. Cuando esas emociones no se gestionan, suelen aparecer comentarios incómodos, reproches o discusiones que empañan el encuentro.

Para prevenirlo, los profesionales recomiendan bajar las expectativas. Pretender una cena perfecta, una familia ideal y un clima impecable solo aumenta la presión. Aceptar que las fiestas son imperfectas y que cada persona llega con su propio estado emocional ayuda a desactivar tensiones antes de que aparezcan.

Otro punto clave es poner límites saludables. No hace falta participar de debates que uno sabe que pueden escalar. Cambiar de tema, proponer un brindis o incluso retirarse unos minutos puede evitar un conflicto mayor. “Los límites no son falta de cariño; son una forma de cuidarse y de cuidar al otro”, remarcan los especialistas.

También se sugiere llegar a la mesa con un acuerdo tácito: evitar temas sensibles o conflictos familiares sin resolver. Las fiestas no son el momento para saldar cuentas pendientes. “No se puede alcanzar la armonía forzando conversaciones difíciles”, afirman los psicólogos.

Además, es útil recordar que cada persona reacciona de acuerdo a su historia. Ser empáticos, escuchar sin interrumpir y validar las emociones del otro pueden cambiar por completo el clima de la noche. A veces, un simple “te entiendo” tiene más poder que cualquier argumento.

enojo

Que reine la paz

Para quienes sienten ansiedad previa, los expertos aconsejan preparar un plan emocional: practicar respiración consciente, delegar tareas para no sobrecargarse y establecer un “aliado familiar” que ayude a sostener la calma si la situación se complica.

Los psicólogos destacan que estar en paz no siempre depende del resto. En muchos casos, es una decisión individual. Elegir no engancharse, mantener un tono amable y recordar el propósito de la reunión -celebrar, agradecer, compartir- puede transformar por completo la experiencia.

Las fiestas no tienen por qué ser sinónimo de conflicto. Con herramientas emocionales y expectativas realistas, es posible vivir un cierre de año más tranquilo, más consciente y, sobre todo, más humano.