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Los peores: estos fueron los looks más cuestionados de los Martín Fierro

Entre apuestas arriesgadas, guiños retro y maximalismos desbordados, algunas figuras no lograron convencer con sus elecciones estilísticas en la gran noche de la televisión argentina.

Muchos famosos fueron criticados en las redes sociales por los looks que eligieron para los Martín Fierro.

Muchos famosos fueron criticados en las redes sociales por los looks que eligieron para los Martín Fierro.

Foto: Ramiro Souto

La alfombra roja de los premios Martín Fierro se ha convertido, a lo largo de sus 53 ediciones, en un auténtico termómetro de estilo. Allí, las celebridades nacionales despliegan su costado más glamoroso, buscando sorprender tanto al público como a los especialistas en moda. Sin embargo, este año quedó demostrado que no todo lo que brilla es oro: algunas propuestas arriesgadas terminaron siendo más comentadas por sus desaciertos que por su elegancia.

En este tipo de eventos, la expectativa es alta. Se trata de la cita más importante de la televisión argentina y, como tal, la etiqueta y la coherencia estética suelen ser claves. Pero la moda es también un terreno de riesgos: jugar con siluetas, texturas y colores puede ser un acierto memorable o un traspié difícil de disimular. En esta edición, varios nombres quedaron en el segundo grupo.

Wanda Nara y un retro sin fuerza renovadora

wanda

La empresaria y conductora Wanda Nara eligió un vestido ajustado al cuerpo en negro con lunares blancos, acompañado por un abrigo de piel sintética en total black. El look evocaba a la estética pin-up de los años 50 y buscaba homenajear la sensualidad clásica de Sofía Loren. Sin embargo, la propuesta resultó demasiado literal. Más que una reinterpretación contemporánea, la elección quedó atrapada en un aire disfrazado que le restó sofisticación y frescura. El retro, para brillar, requiere de un giro moderno, y en este caso ese factor faltó.

Donato de Santis, relajado en exceso

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El chef Donato de Santis apostó por un saco azul con solapa negra, pantalón de corte clásico y camisa blanca desabrochada en los primeros botones. El toque nocturno vino de la mano de los zapatos de charol. Sin embargo, el conjunto terminó transmitiendo más informalidad que elegancia. En un contexto de gala, el exceso de relax puede percibirse como descuido. Aunque su estilo reflejó personalidad y comodidad, quedó corto frente al dramatismo que suele exigirse en la alfombra roja.

Isabel Macedo, maximalismo sin equilibrio

isabel

El vestido de Isabel Macedo, firmado por Jorge Rey, fue uno de los más comentados. La pieza, en tul de seda bordado a mano con cristales que dibujaban lunares y cuadrillé, sumaba un ruedo de maxi plumas en degradé. A eso se añadía un set de joyas de Jean Pierre en oro rosa con brillantes y rubíes. Cada elemento, en sí mismo, tenía valor, pero en conjunto compitieron de manera desmedida. El resultado fue un maximalismo poco armónico, donde la saturación eclipsó la elegancia.

Nacho Elizalde y el minimalismo mal resuelto

nacho

El influencer Nacho Elizalde optó por un traje holgado en tono arena con líneas geométricas, acompañado por zapatillas deportivas en blanco y verde. La intención era clara: un gesto vanguardista y urbano que rompiera con la rigidez tradicional. Sin embargo, la falta de ajuste en el calce y la elección de un calzado demasiado cotidiano conspiraron contra la propuesta. En lugar de transgresión, la imagen transmitió desprolijidad.

Analía Franchín y el dramatismo forzado

analía

El vestido de Analía Franchín, en satén con una manga voluminosa y un detalle en azul brillante al centro, fue una de las apuestas más teatrales de la noche. El dramatismo estuvo presente, pero sin el equilibrio necesario. La rigidez del textil y la discordancia cromática hicieron que la prenda se percibiera más como un experimento fallido que como un gesto audaz.

La moda en la alfombra roja siempre implica un delicado balance entre innovación y elegancia. En esta edición de los Martín Fierro, las propuestas que más llamaron la atención no lo hicieron por su acierto, sino por mostrar lo difícil que resulta arriesgar sin perder coherencia. Entre maximalismos desbordados, retro sin reinterpretación y minimalismos mal resueltos, la gala dejó claro que en la moda de las celebridades argentinas todavía hay un terreno amplio para explorar con mayor precisión.