El pueblo escondido en las sierras cordobesas que invita a frenar el ritmo
A pocos kilómetros de Córdoba capital, este pequeño pueblo ofrece caminatas serenas, paisajes naturales y una atmósfera que invita al descanso sin apuro.

En este pueblo cordobés, el paisaje serrano y la tranquilidad se combinan para ofrecer una experiencia de descanso auténtico.
A menos de 40 kilómetros de la capital cordobesa, un pequeño pueblo se abre paso entre arroyos, caminos rurales y paisajes serranos. Se trata de Falda del Carmen, una localidad turística que invita a bajar el ritmo y dejarse llevar por los paseos, los sabores y el aire limpio de las sierras. Rodeada de naturaleza y cercana a Alta Gracia, es perfecta para una escapada corta con mucho para disfrutar.
Ubicada en el departamento Santa María, esta comuna de Córdoba seduce con su tranquilidad y su mezcla única de historia, ciencia y buena mesa. En sus alrededores se puede caminar a la orilla del arroyo, visitar una capilla que parece salida de una postal o mirar el cielo con otros ojos desde uno de los observatorios más importantes del país.
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Iglesia, cielo estrellado y paseos serranos
Uno de los atractivos más encantadores de Falda del Carmen es la capilla Nuestra Señora del Carmen, una construcción simple y pintoresca, ideal para una pausa contemplativa. Su entorno natural realza la experiencia: entre senderos y vegetación, el silencio es parte del paisaje.
A solo 10 kilómetros del centro del pueblo se encuentra otro de los grandes imperdibles: la Estación Astrofísica de Bosque Alegre. Fundada en la década de 1940, alberga un telescopio de grandes dimensiones que permite observar el firmamento con nitidez.
Ubicado a 1.290 metros de altura, también ofrece una de las mejores vistas panorámicas de las sierras cordobesas, ideal para una salida en familia o con amigos que combine ciencia y naturaleza.
Para quienes disfrutan del turismo gastronómico, Falda del Carmen sorprende con propuestas de calidad en plena ruta serrana. Tres lugares marcan la identidad culinaria del pueblo: Gran Vadori, con platos gourmet y ambiente cálido; La Pulpería de Achával, un clásico de pastas y parrilla; y el almacén de Quito, famoso por sus sándwiches de fiambres y su estilo tradicional.
Estos espacios no solo alimentan el paladar, sino también la experiencia del viaje: cada uno tiene su impronta y su historia, y todos invitan a quedarse un rato más. Alrededor de la plaza y sobre las rutas de acceso, también hay pequeñas despensas y opciones más sencillas para quienes solo buscan un buen plato al paso.
Cómo llegar y dónde quedarse
Falda del Carmen está a unos 35 kilómetros de la ciudad de Córdoba. Se accede fácilmente en auto por la RP 5 o combinando la RN20 con la RP C45. En colectivo, la empresa Grupo Sarmiento ofrece servicios que conectan la capital con esta zona serrana.
Para alojarse, hay complejos de cabañas en los alrededores y una oferta turística tranquila pero bien equipada. Incluso hay una cancha de golf para quienes quieran sumar una experiencia diferente en el corazón de las sierras.
Falda del Carmen es de esos lugares que no buscan impresionar con grandes estructuras. Su encanto está en lo simple: un paseo por el arroyo, una tarde de observación astronómica, una comida bien servida o una visita a la capilla. En su justa medida, este pueblo cordobés ofrece todo lo necesario para desconectar del ruido y reconectar con lo esencial.