Tres pueblos italianos que podés visitar a pocos pasos de Roma
Una escapada perfecta para quienes viajan a la capital y quieren conocer otra cara de Italia. Historia, tranquilidad y paisajes únicos, a menos de una hora del bullicio romano.
Roma deslumbra con su arte, sus ruinas y su energía inconfundible. Pero para quienes se quedan varios días o simplemente buscan otro ritmo, hay joyitas escondidas muy cerca que ofrecen otra experiencia: pueblos donde el tiempo parece ir más lento y la vida cotidiana italiana se deja ver sin filtros.
A continuación, tres pueblos que podés visitar fácilmente desde la capital. Cada uno tiene algo distinto para ofrecer, pero todos comparten lo mismo: están muy cerca, tienen mucha historia y te regalan un día distinto.
Castel Gandolfo
Este pueblo es famoso por ser la residencia de verano del Papa, pero tiene mucho más para ofrecer. Está ubicado sobre el lago Albano, y desde sus miradores se puede disfrutar una vista increíble. Las calles empedradas, las iglesias y la pequeña plaza central invitan a caminar sin apuro.
Ir a Castel Gandolfo es una forma de ver otra cara del Lacio: menos monumental, más serena. Podés almorzar en algún restaurante con vista al lago, visitar el Palacio Apostólico (hoy abierto al público) y caminar hasta la orilla para un paseo tranquilo junto al agua.
Se llega en tren desde la estación Termini en unos 40 minutos. También podés ir en auto o en excursiones organizadas desde Roma. Es ideal para una escapada de medio día o para quedarse a cenar y ver el atardecer sobre el lago.

Calcata
Este pueblo parece sacado de una película de fantasía. Está construido sobre un risco de toba volcánica y rodeado por un valle verde, lo que lo hace completamente fotogénico. Las casas de piedra parecen colgar del acantilado y las vistas desde cualquier punto son espectaculares.
Calcata fue durante años un pueblo abandonado, hasta que en los 60 empezó a recibir artistas, bohemios y viajeros que lo convirtieron en una comunidad vibrante. Hoy hay talleres, galerías, bares y tiendas con objetos curiosos. Ideal para quienes buscan algo alternativo y diferente.
Desde Roma se tarda poco más de una hora en auto, o se puede llegar en tren hasta una estación cercana (Saxa Rubra) y luego combinar con un bus. Es una escapada perfecta para quienes ya conocen lo clásico y quieren ver algo realmente único.
Bracciano
A orillas del lago que lleva el mismo nombre, este pueblo es famoso por su castillo medieval: el imponente Castello Orsini-Odescalchi. Se puede visitar por dentro y ofrece una de las mejores vistas panorámicas de la zona. Fue incluso escenario de bodas famosas, como la de Tom Cruise.
Además del castillo, Bracciano tiene un casco antiguo encantador, calles en pendiente, pequeñas plazas y cafeterías donde sentarse a mirar la vida pasar. También se puede bajar hasta el lago, caminar por la costanera o incluso darse un chapuzón si es verano.
Está a unos 55 km de Roma y se puede llegar en tren directo desde Termini o con auto. En menos de una hora podés estar caminando entre murallas medievales y disfrutando del aire del lago.

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