Villa El Chacay, el paraíso escondido en las sierras cordobesas para amantes de la paz
Ubicada en el corazón de las imponentes Sierras del Sur, Villa El Chacay emerge como un destino que conjuga tranquilidad, belleza natural y un rico legado histórico. A poco más de 200 kilómetros de la Ciudad de Córdoba, este pueblo serrano se perfila como el escenario ideal para aquellos en busca de paz, aventura y contacto directo con la naturaleza.
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Rodeada de montañas y valles, Villa El Chacay se presenta como terreno virgen, repleta de especies de flora y fauna autóctona, y se convierte en un paraíso para los amantes de la vida al aire libre. Caminatas, cabalgatas y recorridos en bicicleta son solo algunas de las actividades que se pueden disfrutar en sus senderos sinuosos, que invitan a perderse en la inmensidad de sus paisajes.
Además de su belleza natural, Villa El Chacay alberga un gran acervo de grabados rupestres, testimonio de los antiguos pobladores de la región, los Comechingones. Aunque muchas de estas pictografías se encuentran en propiedades privadas, su presencia añade un valor histórico y cultural único al lugar.
Para aquellos que decidan embarcarse en la aventura de descubrir Villa El Chacay, el viaje inicia en la Ciudad de Córdoba, tomando la RN 36 hasta Río Cuarto, luego desviando hacia la RP 30 y finalmente tomando la RP 23 tras 42 km hasta La Carolina. Villa El Chacay está a solo 4 km de Las Albahacas, prometiendo una experiencia de desconexión y renuevo.
La oferta de hospedaje en Villa El Chacay es variada, con pequeñas hosterías y cabañas que ofrecen precios accesibles durante el verano y el resto del año. Esta diversidad asegura que cada visitante encuentre el espacio ideal para relajarse y disfrutar de la serenidad que solo este rincón de las sierras cordobesas puede ofrecer.
Villa El Chacay se revela así como un destino imperdible para los viajeros en busca de nuevas aventuras, paz interior y un profundo contacto con la naturaleza y la historia de Córdoba. Su combinación de paisajes naturales, riqueza cultural y tranquilidad la convierten en una joya escondida, esperando ser descubierta por más y más visitantes cada año.