Así es la lujosa casa donde Juliana Awada pasa sus vacaciones

Poco antes de la Navidad, Juliana Awada y Mauricio Macri se instalaron, junto a su hija, en una hermosa casa en Villa La Angostura, en la Patagonia Argentina, que construyeron para utilizarla como refugio para sus vacaciones. 

Las vacaciones de Juliana Awada 

Desde que construyeron su refugio en el sur argentino, tanto Juliana como su marido, Mauricio Macri, y su hija, Antonia, disfrutan de salir a caminar, cuidan su huerta, cocinan delicias con frutas autóctonas y pasean en lancha por el fantástico lago Nahuel Huapi. La Patagonia Argentina tiene ese encanto que enamora a cualquiera que llega a sus tierras. Los bosques nativos repletos de coihues, cipreses y arrayanes hechizan a sus visitantes. Y esto fue amor a primera vista para la diseñadora Argentina.

Hace once años, Juliana Awada (47) y Mauricio Macri (62) visitaban Villa La Angostura al mejor estilo de unos mieleros recién casados. Corría enero del 2011 y hacía pocos meses que la diseñadora y el entonces jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Argentina, habían dado el sí en una ceremonia civil y luego habían celebrado su unión con una divertida fiesta en un bellísimo campo en la ciudad de Tandil, en el interior del país.

Poco más de una década después, y tras sucesivas vacaciones en Cumelén Country Club, a orillas del lago Nahuel Huapi, el expresidente de la República Argentina y la exprimera dama cumplieron su sueño de tener el propio refugio patagónico. Y así, se convirtieron en anfitriones de unas vacaciones inolvidables para su familia ensamblada, que formaron junto a la llegada de su hija Antonia. 

La Casa Negra

Ubicada en la Bahía de San Patricio, la casa está compuesta por cuatro módulos con techos a dos aguas. Tiene varias galerías con livings, un gran parque, un invernadero, una huerta y un muelle sobre el lago Nahuel Huapi.

Fanáticos de Cumelén, sitio en el que pasaron casi todos los meses de enero desde que descubrieron este hechizante destino de la Patagonia argentina, el matrimonio eligió un terreno excepcional del country para darle forma al refugio en el que se instalan desde hace algunos años semanas antes de las fiestas de Navidad y Año Nuevo, junto a su hija en común, Antonia.

Los distintos módulos que forman la casa están revestidos en chapa negra y logran mimetizarse con el bosque de coihues. Por pedido de sus dueños, cuenta con una amplia área de huéspedes. Allí se alojó Pomi (85), la madre de Juliana, y Agustina (39), la hija mayor de Mauricio.