La Inteligencia Artificial podría ayudar a combatir la crisis climática

La tecnología siempre ha acompañado el progreso humano. Ha logrado mejorar nuestra calidad de vida, aunque también un mal uso de la tecnología puede llevarnos a empeorar nuestras vidas. Por ejemplo, la energía atómica se puede usar para construir una bomba devastadora, o para darle electricidad a toda una ciudad.

Hoy nos encontramos en una crisis sin precedentes. Debido al estilo de vida y producción con el que evolucionamos, hemos descuidado el planeta y elevado su temperatura. Sumado a la deforestación y contaminación del medio ambiente, el calentamiento global está llegando a niveles nunca antes vistos, provocando el derretimiento de los polos y enfrentándonos a una crisis climática.

Pero no todo está perdido. Si bien el cambio climático es el mayor problema al que se enfrenta la humanidad en estos tiempos, se necesitarán cambios de hábitos individuales, políticas públicas e implementación de tecnologías como la inteligencia artificial que ayudarán a combatir la crisis climática.

Muchos profesionales se encuentran trabajando para buscar soluciones que ayuden a combatir el cambio climático mediante el 'machine learning' o aprendizaje automático. Una rama de la inteligencia artificial cuyo objetivo es desarrollar técnicas que permitan que las computadoras aprendan por sí mismas, con la capacidad de mejorarse generación tras generación.

Uno de los profesionales trabajando en el desarrollo de inteligencia artificial y aprendizaje automático para combatir la crisis climática es David Rolnick, profesor de la Universidad de Pensilvania. "La gran cantidad de problemas a los que podría contribuir de forma significativa el aprendizaje automático es impresionante", comenta el científico.

Un estudio que desarrolló junto a sus colegas ofrece 13 áreas en las que podría implementarse el aprendizaje automático, en las que se menciona la producción energética, la retirada de CO2, la educación, la geoingeniería solar y las finanzas. Dentro de estos sectores, las posibilidades incluyen edificios con más eficiencia energética, la creación de nuevos materiales con pocas emisiones carbono, la mejor vigilancia de la deforestación y un transporte más verde.

Sin embargo, pese al potencial que tiene esta tecnología, la idea todavía está en sus inicios y Rolnick comenta que la inteligencia artificial no puede resolverlo todo.

Y aunque tal vez tapar los problemas que generamos como sociedad con nueva tecnología no es la solución perfecta, la inteligencia artificial nos puede aportar nuevas perspectivas sobre el problema. Veamos tres formas en las que el aprendizaje automático puede ayudar a combatir el cambio climático.

Informática climática

La informática climática es una disciplina que mezcla la ciencia de datos con la climatología. La informática climática busca mejorar la predicción de fenómenos extremos como los tsunamis o huracanes; la paleoclimatología, o reconstruir las condiciones climatológicas pasadas a partir de datos recopilados de testigos de hielo. Por ejemplo, "la reducción de escala climática, es decir, emplear modelos a gran escala para predecir el tiempo atmosférico a nivel local, y los impactos socioeconómicos del tiempo y el clima", explican en National Geographic.

Demostrar los efectos de los fenómenos extremos

Muchas personas alrededor del mundo ya han sufrido los efectos del calentamiento global y cambios en su medio ambiente. Quienes no vivieron algo así puede parecer menos tangible o lejano. Para que resulten más realistas para más gente, los investigadores del Instituto de Algoritmos de Aprendizaje de Montreal (MILA, por sus siglas en inglés), Microsoft y ConscientAI Labs han empleado Redes Generativas Antagónicas (RGA), un tipo de inteligencia artificial, para simular el aspecto de las casas tras haber quedado dañadas por el aumento del nivel del mar y tormentas más intensas, comentan desde National Geographic.

"Nuestra meta no es convencer a la gente de que el cambio climático es real, sino hacer que la gente que ya sabe que es real haga más al respecto", afirmó Victor Schmidt, coautor del estudio y candidato a doctor en el MILA.

Disminuir la huella de carbono

Carbon Traker es un grupo independiente de expertos financieros que trabaja en la reducción de la huella de carbono propuesta por la ONU. Mediante la supervisión de las emisiones de las centrales de carbono con imágenes por satélite, Carbon Tracker puede utilizar los datos que recopila para convencer a la industria financiera de que las centrales de carbono no son rentables.

La inteligencia artificial puede automatizar el análisis de las imágenes de centrales eléctricas para obtener actualizaciones de emisiones regulares. También presenta nuevas formas de medir el impacto de una central calculando las cifras de las infraestructuras cercanas y el uso de electricidad. Esto resulta útil para centrales de gas que no tienen columnas de humo fáciles de medir, algo que las centrales de carbón sí tienen.

La inteligencia artificial y el aprendizaje automático pueden ayudar mucho en estos campos para comenzar a revertir la crisis climática.