Pueblos, playas tranquilas y rincones poco explorados de Coquimbo, Chile

En el norte de Chile, la Región de Coquimbo aguarda con impactantes paisajes de mar y montaña y con atrapantes actividades que permiten empaparse de su cultura, tradiciones y la calidez de su gente. 

Coquimbo guarda secretos en sus cerros, valles y bahías, este destino enamora a todo visitante, el que, sin dudas, deseará volver una y otra vez para vivir experiencias únicas.

Si bien Coquimbo es conocida por ser la Región donde se encuentra La Serena, uno de los destinos de playa más visitados por turistas chilenos y argentinos; aquí existen cuatro joyas poco exploradas que son perfectas para aquellos que disfrutan del contacto con la naturaleza, de los sitios con historia y con tradiciones arraigadas. 

Son pueblos que parecen detenidos en el tiempo, verdaderos tesoros para descubrir, se trata de Canela, Monte Patria, Punitaqui y Combarbalá, cada uno con su impronta y su magia que lo destaca del resto de la Región.

Canela, la de los parajes por descubrir

Al sur de la Región de Coquimbo, en la provincia de Choapa, se encuentra Canela, una comuna con menos de 10 mil habitantes. Esta comuna se destaca por sus bellos parajes naturales en los cuales se desarrolla la agricultura del secano, puntualmente la actividad caprina, la minería y la artesanía.

Puerto Oscuro, un tesoro escondido en Canela

En Canela, se esconde este tesoro natural entre un hermoso paisaje de acantilados. Puerto Oscuro es una bahía de unos 500 metros de extensión en la cual antiguamente funcionaba un puerto minero; llegar hasta allí ya es toda una experiencia, desde lo alto es posible tener una vista panorámica que deja a más de uno boquiabiertos.

La playa en el costado norte de la bahía posee casas de veraneo que simulan ser primitivos palafitos, lo que la hace aún más atractiva a la vista.

Puerto Oscuro cuenta con una zona de camping, cabañas y alquiler de hospedajes, es un sitio ideal para unas vacaciones tranquilas con clima hogareño.

Combarbalá, el cielo más limpio

A aproximadamente 50 kilómetros de Canela, rumbo a la Cordillera de Los Andes se ubica Combarbalá, un pequeño pueblo minero ubicado a 291 kilómetros al sur de la ciudad de La Serena.

Este rincón de Coquimbo se destaca por sus bellos parajes naturales y por la elaboración de diversas artesanías en base a la piedra combarbalita, una piedra volcánica semipreciosa de gran belleza única en el mundo, la cual tiene más de 50 tonalidades.

En Combarbalá es posible visitar el sitio desde el cual se extrae este tesoro y conocer, siguiendo los pasos de los protagonistas, cómo es el trabajo que realizan y por supuesto llevarse un souvenir que luzca esta hermosa piedra.

Tocar las estrellas en el observatorio Cruz del Sur

En Coquimbo se encuentra uno de los cielos más limpios del mundo, allí el observatorio astronómico turístico Cruz del Sur se emplaza en el Cerro El Peralito, a 3,5 kilómetros de la plaza principal de Combarbalá. 

Este espacio funciona como centro educativo y recreativo y tiene como principal objetivo difundir la pasión por la astronomía y promover en la comunidad el valor del cielo como patrimonio natural.

El observatorio Cruz del Sur cuenta con cuatro domos con un innovador diseño arquitectónico, que se potencia con su llamativa sala multimedial y anfiteatro al aire libre que tiene capacidad para 200 personas. 

Monte Patria, tierra del pisco

Hacia el sur de Combarbalá, a aproximadamente unos 70 kilómetros se encuentra la tierra del pisco, Monte Patria. Gracias a este destilado producido de la uva, la comuna ha recibido numerosos premios a nivel internacional en concursos de bebidas espirituosas.

El pisco tiene legalmente en Chile denominación de origen desde 1931 y solo se puede producir como tal en las regiones de Coquimbo y Atacama. Quienes llegan hasta este destino pueden descubrir todos los secretos de este elixir y visitar los sitios donde se elabora esta bebida, en la mayoría de los casos con técnicas 100% artesanales.

En Monte Patria no se puede dejar de visitar Tulahuén, un pequeño pueblo de casas campesinas antiguas en el valle del río Grande, casi en la frontera con Argentina. 

Esta comunidad detenida en el tiempo ha sido construida por quienes se dedican a la trashumancia, una antigua tradición de pastoreo en continuo movimiento.

Aquí se encuentra el corral de Amansa Racional Cuna del Sol, un lugar donde se puede vivir una experiencia única de conexión con la naturaleza y las tradiciones de la Región. Se encuentra en un sitio privilegiado, entre los cerros del Chañaral de Carén, con vista al valle más verde de la zona. 

En el lugar esperan Marcela Iriarte y su esposo, el amansador Claudio Araya, quienes al tocar el arpa curan los traumas de los animales y se dedican, principalmente, a amansar caballos desde el respeto. Ellos siguen una técnica ancestral a través de la cual, en las noches de luna llena, se toca este instrumento a los animales y lo que sucede es realmente mágico. 

Punitaqui, la tierra de los molinos, la música y la amistad

Punitaqui es una comuna de la provincia de Limarí, y es  conocida como la “tierra de los molinos, la música y la amistad”. 

Su población se dedica principalmente a la agricultura, en especial a la producción de uva de mesa, mandarinas y vino. Además, tiene una rica tradición en el desarrollo de la artesanía en piedras y la construcción de instrumentos musicales como guitarras y bombos. 

Y como no podía ser de otro modo, Punitaqui también es tierra de buenos vinos, allí es posible empaparse de los saberes de la producción de esta tradicional bebida. Las viñas abren sus puertas a los visitantes y permiten degustar los más exquisitos vinos.