Vino argentino: una industria tradicional con alto potencial
La industria vitivinícola, presente en 18 provincias, tiene fuerte presencia global, pero en base a innovación y mejora de los vinos, tiene mucho para crecer.

Argentina es el quinto productor mundial y el octavo exportador de vinos a nivel global.
Foto: Maximiliano Ríos/MDZLa industria vitivinícola argentina es uno de los sectores que mayor crecimiento y transformaciones ha experimentado en las últimas décadas. Como ejemplo, el mapa de producción de vino, anteriormente protagonizado exclusivamente por regiones cordilleranas, se ha expandido a 18 provincias, consolidando un perfil federal.
En la actualidad, Argentina es el quinto productor mundial de vino, con 1.000 millones de litros al año, y el octavo exportador a nivel global. Las bondades del suelo explican una parte de este boom, pero el verdadero motor del sector es su capacidad para innovar, adaptarse a los desafíos y crear un producto de cada vez mayor calidad.
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Los vinos argentinos son una marca reconocida en el mundo, pero es importante expandir su presencia en los mercados globales que demandan la más alta calidad para poder competir.
Vino certificado
En ese sentido, las provincias vitivinícolas han trabajado para instalar 226 estaciones agrometeorológicas georeferenciadas que brindan información crucial para mejorar cualitativamente la producción de vino. Además, el sello “Argentina Sostenible” de COVIAR ya certificó 23 bodegas, lo que les permite acceder a mercados con altas exigencias ambientales.
Argentina, asimismo, ha logrado caracterizar mediante una metodología científica unificada, la mayor parte de su superficie vitivinícola, incluyendo todas las regiones tradicionales y buena parte de las emergentes, lo que constituye una herramienta estratégica para el crecimiento del sector.
Este logro fue posible gracias al estudio de caracterización del suelo realizado por la articulación entre las provincias (a través del CFI), COVIAR y el BID, que permitió estudiar geológica, edáfica, climática y paisajísticamente 59 áreas que abarcan 15.000 hectáreas cultivadas con vid a lo largo y ancho del país.
Acción de la COVIAR
Sin embargo, para consolidar el crecimiento, el sector debe afrontar desafíos en áreas clave como formación en oficios vitícolas, innovación, sostenibilidad, enología y servicios. Las provincias, a través del Consejo Federal de Inversión, han puesto en marcha programas de formación con resultados concretos: 17 enólogos graduados en 2024 y 33 profesionales en cursos de especialización.
En cuanto a la innovación, la colaboración entre el sector público y privado ha impulsado el desarrollo de sistemas de riego eficiente, la incorporación de energías renovables y la adopción de tecnología 4.0 para digitalizar y automatizar los procesos productivos.
La vitivinicultura orgánica, es otra oportunidad para el sector, ya que representa una tendencia en alza que responde a las exigencias de los mercados internacionales. Esta modalidad de producción excluye el uso de productos químicos sintéticos en todo el proceso, desde el cultivo de la vid hasta la elaboración del vino.
Dieciséis provincias, acompañadas por el CFI, iniciarán etapas piloto con normativas específicas para viñedos y bodegas, que incluyen la protección del ecosistema natural, el fomento de prácticas de conservación de la biodiversidad y la gestión eficiente de efluentes, agua y energía.
Un sector de importancia en la vitivinicultura, el enoturismo, también presenta oportunidades de crecimiento estratégico en las provincias. Mientras Mendoza lidera con 230 bodegas abiertas al turismo, otras regiones muestran potencial: Salta cuenta con 45 bodegas, de las cuales 32 son turísticas; San Juan tiene 151 establecimientos, con 36 abiertos a visitantes; y Río Negro suma 30 bodegas, 13 de ellas integradas al circuito turístico.
La vitivinicultura es uno de los mejores ejemplos de articulación público-privada para el desarrollo económico y social. Es hora de potenciar esta alianza con una agenda común, que, que permita consolidar a la Argentina como un referente mundial en vino de calidad, sostenible y diverso.
Equipo Consejo Federal de Inversiones (CFI)